Lorenzo Servitje, paladín de la Cultura de la Vida y del Amor

En estos días mucho se ha dicho sobre el fundador de BIMBO, la panificadora más grande del mundo, presente en América, Europa, Asia y África; pero nadie lo ha relacionado con la Cultura de la Vida y del Amor, a la que perteneció y la vivió por una profunda convicción, que gracias a lo cual tuvo ese éxito excepcional como empresario.



Hombres como él (como empresario) y como Carlos Abascal (como político), es lo que necesita México; siguiendo sus ejemplos de congruencia, podremos lograr salir adelante en una forma determinante, sacando a México de todas las funestas crisis que está viviendo, sobre todo de la más importante de todas: la crisis del medio ambiente.

En su “EN ESTO CREO” y en sus “7 CONSEJOS”, Don Lorenzo nos da la pauta de lo importante que es tener principios, convicciones y vivir tenazmente con total congruencia según ellos, y que en la Cultura de la Vida y del Amor, según la cual vivió, está el secreto del éxito en beneficio propio y de los demás, de toda la sociedad. ¡Mayor patriota que él, no puede haber habido!

Un hombre que nos demuestra con hechos que ¡sí se puede! conquistar la felicidad y ayudar a que los demás sean felices, buscando la felicidad donde la puedes encontrar (cumplir la voluntad de Dios), y no donde no la encontrarás jamás (riquezas, poder, placeres). No sé qué tanto puede haber influido en su actuar el pensamiento de San Agustín: “Señor mi alma está inquieta, e inquieta estará hasta que no descanse en Ti”, que esto se logra aplicando lo más importante de la enseñanza de Nuestro Señor “Amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.

De hombres como Don Lorenzo, Carlos Abascal y otros muchos, deberían aprender nuestros empresarios, que en COPARMEX (fundada en Monterrey como respuesta al ataque de Lázaro Cárdenas a la libre empresa) han mantenido la Doctrina Social de la Iglesia, siendo justos con los trabajadores, entendiendo que ellos son parte fundamental de la empresa y que todos son un solo equipo. Pero, sobre todo, deben aprender nuestros políticos, que en lugar de servir al pueblo se sirven de él para enriquecerse, olvidándose de que su objetivo debe ser el Bien Común, y no el de ellos, lo cual será consecuencia de lo primero.

Si nuestros jóvenes empresarios a los que se dirige Don Lorenzo especialmente, pero también los no tan jóvenes, tuvieran en cuenta sus “7 CONSEJOS”, tendríamos un México lleno de progreso, sin necesidad de buscar trabajo en otros países, con la mejor economía del mundo, o bien, de las mejores.

Los citaré muy sucintamente, será bueno que los interfectos los profundizaran:

1. Invertir las ganancias de los primeros años.

2. Enfocarse en la calidad.

3. Respeto a los trabajadores.

4. Generar un buen ambiente de trabajo.

5. Solidaridad.

6. Obsesión por la productividad.

7. Trascender (dejar huella).

Con respecto a “EN ESTO CREO”, podemos afirmar que es donde se puede ver el profundo espíritu cristiano de empresario impregnado totalmente de la Cultura de la Vida y del Amor, que lo llevó a ese éxito inexplicable prácticamente, y que voy a tratar de citar por la falta de espacio en forma muy resumida, sin perjuicio de lo esencial:

“EN ESTO CREO”: Creo en Dios y en Jesucristo. Creo en el respeto a la dignidad de la persona. Creo en la Vida, el amor de los esposos y el valor del matrimonio. Creo en el valor de los amigos. Creo en procurar el bien de quienes trabajan con nosotros. Creo en el valor de una vida sencilla y en necesitar pocas cosas. Creo en la economía de mercado. Creo en pugnar por el desarrollo. Creo en tener una misión que nos apasione. Creo en la Democracia. Creo en ser amable y sonreír, en tener alegría y buen humor. Creo en nunca perder la calma, ni la serenidad. Creo en que ser breve es lo mejor. Creo en desarrollar el carácter y la voluntad, ser puntual, aprovechar el tiempo, en el ahorro, la cortesía, dedicación al trabajo y adquirir otras buenas costumbres. Creo en el valor de la cultura, apreciar lo bueno, la verdad y la belleza. Creo en una actitud positiva y optimista. Creo en el respeto y admiración del Universo, la Naturaleza. Creo en tener participación social activa y comprometida. Creo en un Gobierno que logre la seguridad, la justicia, el crecimiento económico, la erradicación de la miseria, la pobreza y la desigualdad social. Creo en conciliar los opuestos, el mayor hacer lo necesario, el menor lo más posible. “Creo en el valor de una vida sencilla y en necesitar pocas cosas”.

La vida, obra y logros de Lorenzo Servitje son la prueba contundente, sin reparo alguno, de que la Cultura de la Vida y del Amor es la solución a todos nuestros problemas y males, recuperando nuestros valores que hemos estado perdiendo, volviéndole a dar a Dios el lugar que le corresponde, cuya necesidad nos la han hecho ver muy claramente nuestro Papa mexicano, como él mismo se consideraba, San Juan Pablo II, Ángela Merkel y Anna Gates, recientemente, superando totalmente, o por lo menos casi totalmente, la cultura de la muerte, de la corrupción, la mentira y la calumnia, el sistema del hueso, que es el que rige en nuestro ambiente político.

Tener valores, y vivir congruentemente con ellos, es lo que necesitamos para lograr que México llegue a ser lo que todos soñamos.

“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida”.

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