La verdad histórica

La historia debe basarse en la verdad, si no es así, no es historia.


Leyenda negra


En el siglo XVI, tratando de causar serios daños a la Iglesia Católica y a España su aguerrida defensora, la mafia de izquierda (masonería) se inventó la leyenda negra, difamando y distorsionando los hechos, sobre lo que escribió recientemente, Vittorio Messori, (Leyendas negras de la iglesia, Editorial Planeta 11ª Ed. 2004). Este autor escribió En el umbral de la esperanza con san Juan Pablo II e Informe sobre la fe con el cardenal Ratzinger, antes de fuera papa. La leyenda negra funciona a base de mentiras y calumnias contra la Obra de Dios, la Iglesia Católica y España, su firme defensora. Se inicio una campaña insidiosa en el mundo, que perdura hasta nuestros días, basándose inicialmente en las versiones de fray Bartolomé de las Casas un infiltrado, que fue desmentido ante el emperador Calos V por fray Juan de Zumárraga, obispo de México, un franciscano extraordinario, igual que los otros frailes que vinieron con él, como Tata Vasco (Vasco de Quiroga), el verdadero tata de Michoacán y todos los demás.

Igual que en España con Zapatero se quiere legalmente establecer la “verdad histórica” a su modo (lo que no han conseguido), tergiversando totalmente los hechos y la realidad, exigiendo inclusive que la enorme y majestuosa Cruz de 150 m del Valle de los Caídos que fue construido en memoria de los que murieron en la Guerra Civil, así como para una reconciliación de nacionalistas y rojos, queriendo hasta que se saquen los restos de Franco de ese bellísimo santuario construido por él, lo que legalmente no han conseguido.

Ahora en México, López Obrador quiere hacer una “revisión histórica” igual, iniciando el proceso con cartas enviadas al rey de España Felipe VI y al papa Francisco exigiendo que España y la Iglesia Católica pidan perdón por el grave daño y los agravios que le causaron a los pueblos indígenas originarios de México, en lo que él llamó “invasión, con avasallamiento y asesinato de miles de personas”.

El gobierno español lamentó profundamente que el presidente de México hiciera pública la carta que dirigió al rey Felipe VI el pasado 1 de marzo, para posteriormente rechazar “con toda firmeza” la solicitud, de igual manera consideró que “la llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”.

No todos respondieron con tanta mesura, hubo expresiones muy claras, como la de Arturo Pérez-Reverte, escritor y miembro de la Real Academia Española, que reaccionó a través del diario español El País, escribiendo: “Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”.

Ciertamente no es ningún imbécil, pero sí un maldito mañoso que quiere aparentar que cree esa y las demás mentiras de la “historia oficial” presentada por los gobiernos de la izquierda que se había introducido “de hecho” y que ahora se quiere “hacer legal” e irrefutable por un proceso de revisión de los hechos para que ya nadie pueda negarlo sin ir contra la ley y sabemos que no hay nada por encima de la ley y además ya se nos advirtió, que ya sabemos quién manda.

En relación a lo que manifiesta el gobierno español, podemos brevemente recordar que el derecho de conquista lo ha sido siempre y se ha reconocido sin chistar hasta nuestros días. Así se formó el Imperio de Alejandro Magno, el de Gengis Kan que abarcaba desde Mongolia hasta Polonia, el Imperio Romano, el mismo Imperio Azteca que llegaba hasta el golfo de México y al océano Pacifico, el Imperio Otomano, la Reconquista por la cual nació el Imperio Español en el que nunca se ponía el sol. En los últimos tiempos la conquista de EE.UU de los territorios del norte de México, que todavía se los celebraron a los yanquis, los masones de México con un banquete en el Desierto de los Leones, verdaderos traidores a México, ahí está Benito Juárez con el Tratado McLain-Ocampo y otros varios por los que vendía México a EE.UU. y que no se llevaron a la práctica porque no les convenía a los yanquis, pero ahí están para que el que quiera pueda verlos. Las batallas de Corpus Cristi y la de la Angostura se las regaló Santa Ana y así se puede ver a través de nuestra historia real, como los que se autonombraban liberales (eran en realidad jacobinos rabiosos) que se dedicaron, además, a sembrar el odio en el pueblo a base de mentiras, igual que Karl Marx y ahora la izquierda populista.

Por otro lado, Cortés fue apoyado por los pueblos nativos, principalmente el tlaxcalteca, que veía la oportunidad de librarse del yugo azteca y de ser proveedores de víctimas para los sacrificios humanos de lo que puede dar una idea que el rey Ahuízotl (1486- 1502) después de una campaña en cuatro días en trece teocalis sacrificó, sacándoles el corazón estando vivos a 80 400 guerreros, según Ixtlilxóchitl y según Torquemada 72 344. La película Apocalypto de Mel Gibson nos da una idea de eso.

Isabel la Católica en su testamento “Codicilo de Indias” (26 noviembre 1504) ampliado posteriormente en las extraordinarias Leyes de Indias, indica que a los indígenas se les debe tratar como hermanos siendo verdaderamente hijos de Dios y manifestó claramente que le daba más alegría ganar tantas almas para Dios que el ganar tantas tierras para la corona, lo que corrobora fray Jerónimo Mendieta en su libro Historia Eclesiástica Indiana (1600) donde dice: “Con tantas almas que ganó la Iglesia en el Nuevo Mundo, bien se suplían con creces las perdidas en Europa con el protestantismo, siendo notables su fervor y devoción, especialmente a la Santísima Virgen”. Según fray Bartolomé de Olmedo, siguiendo este espíritu, Hernán Cortes, tan calumniado en la historia oficial del gobierno, fue el primer evangelizador de México, predicando a los indígenas la existencia de un solo Dios vivo y verdadero.

El papa Francisco sin entrar a mayores detalles se limitó a decir que ya se había disculpado.

¿De la conquista anglosajona de EE.UU. cuántos indígenas quedan y estos encerrados en reservas indias? El indio bueno para ellos era el indio muerto, pagaban buen dinero por cada scalp (cuero cabelludo) de piel roja. Aquí en México ahora, han pretendido darles un trato especial a los indígenas, siendo que entran en la categoría de “campesinos” igual que todos los mestizos y criollos que han estado igual y relativamente marginados y no son mexicanos de segunda.

Se podría profundizar mucho más, pero imposible en tan corto espacio. Quien quiera investigar sobre la verdad histórica, hay libros muy buenos, perfectamente documentados, como “México tierra de Volcanes” de Mons. Schlarman, Historia Política de México de Juan Louvier, pero uno que salió hace poco, y que se ha enfocado para ver el porqué de los hechos y está muy bien respaldado en lo que presenta (ver bibliografía) y de quien es la cita “La historia debe basarse en la verdad, si no es así, no es Historia”. Tiene el título muy sugestivo de México, tierra de dios y María santísima de Rodrigo Díaz de V. del que todavía hay algunos ejemplares en la librería León (frente a San Agustín).

Se puede citar para terminar, que la Nación Mexicana nació por el mestizaje de españoles e indígenas, del que la Aparición de la Virgen de Guadalupe, morena y mestiza lo marca claramente, es significativo que los colores de nuestra hermosa bandera pintan las alas del angelito a los pies de la Virgen.

“Donde hay bosques hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida.”

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