¡Jesús, yo confío en ti!

Si las personas voltearan a ver a Dios, podrían generar un verdadero cambio.



“Comprendí que no había nacido para ser actor u otra cosa, sino para conocer, amar y servir a Jesucristo”.

Eduardo Verástegui

 

Eduardo Verástegui, cineasta mexicano que llevaba una vida libertina y exitosa en Hollywood, en 2003 reconociendo lo vacío de su vida pronunció esas palabras que citamos y a partir de entonces se dedicó a trabajar con todas sus fuerzas por la cultura de la vida y del amor, en el cine, integrando fundaciones para proteger a mujeres desvalidas, ancianos y niños, pero sobre todo por recristianizar nuevamente a su querida Tamaulipas y a todo México. Como un paso importante, está por empezar este principio de año en un picacho de la Sierra Victoria, a un costado de Ciudad Victoria la capital de Tamaulipas, el Monumento a Cristo Rey de la Paz más grande del mundo, de 77.00 m de altura, con un verdadero desarrollo: una iglesia, restaurantes, un teleférico y un hotel, un destino turístico religioso y lugar de peregrinación, con la figura del Cristo de la Paz como eje, que podrá acoger hasta 10 000 personas para conmemoraciones especiales.

Ojalá se nos abrieran los ojos también a todos los mexicanos como a Verástegui. Todos los problemas de nuestro querido México, se terminarían: la falta de seguridad, la falta de unidad (fomentada sembrando el odio, por la izquierda), la política populista que nos llevará a la ruina económica, la falta de productividad, la pobreza subsiguiente, el hambre y la muerte, el deterioro imparable del medio ambiente. Porque todas las afirmaciones y promesas que nos hacen vanas son, al no tener sustento y solo son medio para engañar al pueblo, dominarlo y servirse de el para conseguir realizar sus proyectos de dominio y poder absoluto.

López Obrador está siguiendo los mismos principios de Marx, Lenin, Stalin y todos los genios de la izquierda. El populismo de Marx sembrando el odio enfrentado a la sociedad unos contra otros con su famosa lucha de clases. Lenin lo manifiesta muy claramente en esa característica expresión de trabajar con los “idiotas útiles” como llamaba a los que le servían de “instrumentos” para sus objetivos sin darse cuenta siquiera.

En una reunión Stalin, dictador soviético, (1878-1953) solicitó que le trajeran una gallina. La agarró fuerte con una mano y con la otra empezó a desplumarla. La gallina desesperada por el dolor, intento fugarse, pero no pudo. Así logro quitarle todas las plumas y les dijo a sus ayudantes: “Ahora observen lo que va a suceder”. Puso a la gallina en el piso y se alejó de ella un poco y agarro en su mano un puño de trigo mientras sus colaboradores observaban asombrados cómo la gallina, asustada, adolorida y sangrando, corría detrás de Stalin mientras este le iba tirando puños de trigo y daba vueltas por la sala. La gallina lo seguía por todos lados. Entonces Stalin mira a sus ayudantes, quienes están totalmente y sorprendidos y les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos. Vieron cómo me seguía la gallina a pesar de del dolor que le causé. Así son la mayoría de los pueblos, siguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan, por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días”.

Estas citas, pero sobre todo esta anécdota de Stalin, retratan de cuerpo entero, como actúan los líderes del Socialismo Populista, la izquierda que se sirve de los postulados de la cultura de la muerte. Saben perfectamente cómo controlar las situaciones, especialmente a las masas. Y esto es exactamente lo que está empezando a hacer nuestro ilustre y flamante presidente López Obrador, al que la izquierda (masonería) en pleno, hizo llegar al poder. No importa que el pueblo en determinado momento trate de defenderse como lo hacía la gallina, solo no hay que dejarlo, después estará sometido a cambio de unas migajas.

¡Jesús yo confío en ti! Aquí está la solución. Jesús señor de la misericordia se le apareció a santa Faustina Kowalska en 1931 en Polonia, le reveló que su misericordia es infinita y que todos pueden y deben recurrir a ella. Es esa su misericordia la que nos va a sacar adelante, pero para eso es necesario conocerlo para amarlo y tenerle confianza, pero ¡nadie ama lo que no conoce!

Por eso la izquierda (masonería) ha estado empeñada desde la independencia en descristianizar al pueblo mexicano. A pesar de sus enormes esfuerzos no lo ha logrado, pero si ha hecho mucho daño. Eso no ha sido solo en México, sino en todo el mundo occidental. Recordemos lo dicho por Anna Graham (EE.UU.): “Cómo queremos que Dios que es todo un caballero, se meta en nuestras vidas, si nosotros lo hemos sacado de ellas.” Y otra alarma contundente es la que ya hemos citado, de Ángela Merkel canciller de Alemania: “Si Europa quiere salvarse, tiene que regresar a sus orígenes, a sus raíces cristianas, a Cristo, a leer la Biblia”. Es clave reencontrarnos con Dios. Lo que señala Verástegui: “Conocer, amar y servir a Cristo.”

¡Sí!, para amarlo y luego servirlo, es indispensable antes que nada conocerlo. Siempre he tratado de ser congruente, fiel a mis principios, con la mente abierta, superando el fatal ego. Hasta ahora había estado convencido de que conocía de mi fe lo necesario, sin embargo, hace un par de semanas me he dado cuenta que me falta muchísimo para conocer bien a Dios y esto a través de nuestro señor. En la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, casualmente me enteré de que estaban impartiendo un curso bíblico sobre el “Kerigma” o sea el encuentro con la Palabra, es decir con nuestro señor, impartido por el Colegio Bíblico Apostólico Diocesano de Puebla. Francamente quedé impresionado de lo bien estructurado del curso, de lo amplio y completo, pues del Kerigma se sigue con otros puntos clave para profundizar en nuestra fe.

En estos tiempos de confusión, y de acción virulenta de la izquierda, es indispensable como lo referimos, regresar a Dios. Considero que, si todos los que puedan, tomaran este curso –pueden inscribirse a través de su parroquia en el Colegio Bíblico más cercano–, se podría influir sobre la sociedad, en tal forma que logremos reinstaurar la cultura de la vida y del amor en nuestro querido y sufrido México y así resolver todos nuestros tan graves problemas, incluidos los del medio ambiente.

¡Jesús, yo confío en ti!

“Donde hay bosque hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida”.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

 

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