El sobrecalentamiento, que en sí al producir más masas de aire caliente ascendente, provoca que masas de aire polar vengan a llenar ese vacío que se ha producido, lo que se ha venido en llamar frentes fríos de los cuales ya no saben que número le corresponde al siguiente.
El agua es vida o muerte,
todo depende del hombre
En este año, como nunca, hemos experimentado lo que antes no habíamos tenido oportunidad, sí, oportunidad, porque al darnos cuenta de los alcances podemos reaccionar todavía. Actuar, antes de que sea demasiado tarde.
Sí, el agua es vida. Sin el Agua no habría Vida alguna sobre la Tierra, como igualmente no habría vida sino contáramos con un aire puro (de ahí mi lema “Donde hay Bosques, hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro, hay Vida”) y lo maravilloso es como Dios dispuso el ciclo hidrológico en tal forma que precisamente el agua se suministrara sobre los continentes de modo que hiciera brotar y mantener la vida en todas sus manifestaciones, plantas, animales, microorganismos, el mismo hombre. Con la lluvia y el calor del sol, reverdecen las colinas, las montañas y los valles, brotan las flores hermosísimas para solaz de nuestra vistas y para cumplir con sus funciones en el ciclo de la vida. Pero el ciclo hace que a través de los bosques, se purifique el aire al soltar oxígeno puro y absorber el CO2 que tanto daño hace, convirtiéndolo en madera, valiosa para el hombre.
Ese ciclo que en forma tan sencilla se puede describir como evaporación del agua en los mares y espejos de agua, la formación de las nubes que recorren los cielos muy airosas, la condensación y precipitación en forma de lluvia vivificante que cae sobre la tierra sedienta, y por fin el escurrimiento superficial o subterráneo para llegar nuevamente al lugar de donde salió, cerrando el ciclo, dispuesta para iniciar uno nuevo. Es maravilloso cómo funciona con una precisión, que no puede explicarse sin una mente superior, Dios, que dispuso todo con una perfección admirable.
Pero que el agua sea vida o muerte, depende del manejo que el hombre le dé. Empezando por lo que con el sobrecalentamiento y los consecuentes cambios climáticos ha provocado irregularidades tremendas en el ciclo hidrológico. Antes de los cambios climáticos, había una evaporación de 425 000 Kilómetros cúbicos por año y una precipitación pluvial sobre tierra firme de 111 000 kilómetros cúbicos, lo demás se precipitaba nuevamente sobre los mares. No es fácil imaginarse la energía tan enorme que se requiere para evaporar esa cantidad de agua, pero ya teniendo consciencia de esto, podemos imaginarnos las fuerzas que se mueven en la naturaleza y lo insignificantes que somos ante ellas. Sin embargo, esa “labor hormiga” a través de los años, realizada por esos seres insignificantes, esta afectando terriblemente el funcionamiento del ciclo.
Sobre esto deberíamos reflexionar un poco de lo estúpido que es el actuar en tal forma que alteramos lo que está establecido, simplemente para satisfacer nuestra ambición de generar riqueza , lo que nombramos productividad, a lo que está enfocada la educación, especialmente en las universidades y tecnológicos que se enfocan a crear mentes obsesionadas por ser eficientes en producir riqueza, convenciéndolos que es el objetivo del hombre, pero que contradictoriamente a la larga sólo va a “producir pobreza” y desastres que para remediarlos nos cuestan cantidades exorbitantes de dinero. ¿Producimos realmente riqueza?
Echemos un vistazo a por qué se presentan últimamente desastres como la inundación de San Gerónimo en Jalisco, en la que de repente con un cielo despejado corrieron masas de lodo líquido, porque ya no era agua, por las calles del poblado arrastrando vehículos, tumbando muros, derrumbando casas, sembrando destrucción y muerte como nunca se había visto y ni siquiera imaginado. Pero esto no fue un caso aislado, en San Luis Potosí, en Tabasco, Michoacán, entre otras partes y por supuesto en la Ciudad de Mexico, pasaba algo similar.
El sobrecalentamiento, que en sí al producir más masas de aire caliente ascendente, provoca que masas de aire polar vengan a llenar ese vacío que se ha producido, lo que se ha venido en llamar frentes fríos de los cuales ya no saben que número le corresponde al siguiente. El calor contra lo que se espera provoca frío. Pero la mayor evaporación, también provoca mayor precipitación, la que ya no es regular, sino cae intempestivamente y después de haber sido evitada por las parrillas que se forman por las áreas deforestadas que, al retener el calor del sol durante el día, provocan igualmente aire caliente que asciende disolviendo las nubes, que al saturarse de repente caen en forma torrencial y ahora aquí viene lo que llega a provocar el final del desastre. La sierras o montes que con sus bosques deberían regular la precipitación pluvial al enfriar la atmósfera con su evapotranspiración, están totalmente deforestadas, la lluvia torrencial cae sobre una superficie inclinada que no tiene ninguna protección. Ya no existen los suelos boscosos de humus, que tienen un alto coeficiente de infiltración, el agua no penetra en el suelo para enriquecer y realimentar los acuíferos subterráneos y el agua escurre superficialmente en forma bronca, arrastrando el suelo bueno y provocando las inundaciones con lodo a los que nos hemos referido.
¿Quién es el culpable de estos desastres y que hace realmente para revertir este proceso que va en aumento? Porque en primera por intereses económicos y de otra índole de las mafias, económicas, de la delincuencia organizada, políticas de izquierda básicamente (la cultura de la muerte) y países interesados no se llega a un acuerdo general (hay países que lo sabotean, EE.UU. Inglaterra, China…) para tomar las medidas adecuadas para revertir el proceso, que urge hacerlo antes de que sea demasiado tarde.
Y nuevamente llegamos a la conclusión de que para solucionar los graves problemas del medio ambiente, así como todos los problemas de la humanidad, la única solución es la que mencionaba Angela Merkel (canciller de Alemania) tenemos que regresar a nuestros orígenes, a nuestras raíces cristianas, a Cristo, a leer la Biblia, o a la que nos dice Anna Graham: ¿Cómo queremos que Cristo que es todo un caballero se meta en nuestras vidas, si nosotros lo hemos sacado de ellas?
“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida.”
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