Viene un embate muy duro de la cultura de la muerte contra nuestro pueblo y sus intereses, que, si no lo paramos a tiempo, en poco tiempo estaremos igual que el pobre pueblo venezolano.
Al preguntarle la gente a san Juan Bautista, que debían hacer, les contestó categórico: “Quien tenga dos túnicas, que déuna al que no tiene ninguna y quien tiene comida, haga lo mismo” (Lucas 3,10-18). Nuestro Señor lo dejó más claro yendo directamente al porque de esa indicación: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al próximo como a ti mismo”. Afirmando san Juan Pablo II: “No se tiene derecho a lo superfluo, mientras haya alguien que no tenga lo necesario”. Y esto solo se entiende que, si te privas de algo, es por amor al próximo y esto por amor a Dios. En esto consiste la caridad cristiana. Salta a la vista que todos los problemas del mundo son consecuencia de la campaña insidiosa de descristianización que lleva a cabo la izquierda (masonería).
No es fácil amar a Dios sobre todas las cosas, porque naturalmente al que se quiere más que a nada es a uno mismo, el famoso ego. Hay que vencerse razonando: que uno debe amar más que a cualquier cosa a quien le debe uno todo: la existencia, la vida, la familia, los hijos, todo lo que se tiene. Hay que ser agradecido, corresponder a ese amor por el que fuimos creados. El que no sabe ser agradecido no vale nada. Y con base en eso ya se puede amar al próximo como a uno mismo. No es fácil, pero se puede.
La cultura de la muerte pregona todo lo contrario, es el ego, el que existe en todos y a través de esta tendencia humana, se controla al mundo. el hombre, uno mismo se coloca en el lugar de dios y nace la ambición de dinero, de poder y de placer y con esto la corrupción y el manejo de sus armas preferidas la mentira y la calumnia. Esa es la motivación de los narcos, de todo el Crimen Organizado y No Organizado, de la mayoría de los políticos, en los Congresos, Tribunales, no siendo la excepción la Suprema Corte de Justicia, así como entre muchos particulares.
Por eso me rio cuando afirman sin querer dejar lugar a dudas, que van acabar, con la pobreza, la falta de seguridad, la corrupción y todos los demás males que aquejan a nuestra sociedad, simplemente afirmando gratuitamente que lo van a hacer. todos nuestros males no pueden superarse sencillamente por decreto, o con una iniciativa de ley. Que ahora sí lo voy a hacer, porque los anteriores no lo hicieron, pues todo lo que hacían estaba mal hecho. Yo soy el único que sabe hacer bien las cosas, el nuevo mesías de los pobres, a los que he venido a redimir. Yo voy a hacer lo que los otros por corruptos (que soy el único que no lo es), no han podido.
la única forma de eliminar la pobreza, la falta de seguridad y demás males es aplicar lo que afirma san Juan Bautista, tomar muy en serio el mandamiento de Dios, que abarca todos los demás el mandamiento de amor, que es lo que san Juan Pablo II designo como la cultura de la vida y del amor.
Viene un embate muy duro de la cultura de la muerte (populismo rabioso) contra nuestro pueblo y sus intereses, que, si no lo paramos a tiempo, en poco tiempo estaremos igual que el pobre pueblo venezolano, sin medicinas ni alimentos, con hambre, llegando hasta buscar en los basureros algo con que aplacar el hambre y lo peor sin libertad. Chávez y Maduro lo supieron hacer y ya teniendo la sartén por el mango ¡Ya que!
Acaban de celebrar (11 de diciembre) el centenario del nacimiento de Alekzandr Solzhenitsin (1918- 2008), Premio Nobel de Literatura y “pionero en el renacimiento de la religión en las naciones ateas”, con ese motivo se publicó (11 de diciembre) el “profundo discurso” los hombres se han olvidado de Dios, que pronunció en Londres el 10 de mayo de 1983 al entregarle el Premio Tempelton y que reconoce que es la causa de los grandes desastres que nos aquejan. Describe elocuentemente lo que sufre un país que cae bajo el dominio de la cultura de la muerte, del Populismo, haciendo a Dios a un lado de la vida pública y privada. Gracias a hombres como Solzhenitsin, Putin pudo recriminarle hace poco a Obama que hace 30 años EE.UU. llamaba a Rusia un país ateo y ahora que Rusia se ha encontrado nuevamente con Dios (reconstruyendo inclusive las iglesias que destruyeron por odio sobre todo Lenin y Stalin y Kruchef), EE.UU. está haciendo a un lado a Dios. Lo que por la campaña descristianizadora de la mafia masónica está pasando en muchos países inclusive en México, donde existe una amenaza inminente de caer en el populismo como le paso a Venezuela, cuyos pobladores están sufriendo lo indecible.
Solo volviendo a Dios como lo señalan Solzhenitsin, Ángela Merkel y Anna Gates, entre otros, dándole el lugar que le corresponde, reinstaurando la cultura de la vida y del amor, siguiendo las indicaciones de Juan el Bautista, lograremos ¡Eliminar la pobreza, la violencia, la corrupción, la…! … el hambre, las mentiras y calumnias, así como la ambición de poder, riquezas y placer, que es lo que mueve a los narcos, a la delincuencia, a muchos políticos especialmente a los de izquierda, a muchos empresarios y ciudadanos, en los que impera el ego, del que se afirma con razón que es el causante de todos los conflictos tanto personales como entre las naciones.
¡Eliminar la pobreza, la violencia, la corrupción, la…! Definitivamente no se logrará nunca con afirmaciones gratuitas y menos con imposiciones escondidas en supuestas acciones democráticas, haciendo “consultas populares” amañadas. No podemos quedarnos pasivos, dejando que nos pongan la soga al cuello. Hay que lograr que despierte el pueblo mexicano y que ya no se siga dejando engañar por falsos profetas. Con valor y decisión hay parar la amenaza antes de que sea demasiado tarde y tengamos la bota de la dictadura populista sobre el cuello y ya sea muy difícil hacer algo para liberarnos.
“Donde hay bosques hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida.”
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