México; desastres naturales

¡Desastres Naturales!… ¿Castigos de Dios?

Muchos opinan que los tremendos desastres naturales (Piura y Lambayeque, en Perú; Putumayo, en Colombia; Armadillo, en San Luis Potosí; Tultitlán, en Oaxaca, y otros muchos, recientes), con su destrucción, pérdidas materiales y muertes, son un castigo de Dios, porque la humanidad ha actuado de manera irresponsable e inconsciente contra la naturaleza, así como ahora se ha empeñado en ir contra de la naturaleza humana atacando a la Vida, la Familia y la Libertad Religiosa, tratando de imponer la ideología de género, corrompiendo y pervirtiendo inclusive a pequeños inocentes, sin tomar medidas adecuadas para revertir el grave deterioro sobre la Tierra y en la sociedad, poniendo sus interese económicos por encima de todo.



¿Usted qué opina? ¿Qué piensa? ¿Merecemos pagar justos por pecadores? Dios es misericordioso, perdona siempre con tal de que haya arrepentimiento y propósito de enmendar el daño causado.

Entonces, ¿por qué están pasando estas trágicas calamidades? En anterior presentación se comentaba que Dios siempre perdona, pero que la naturaleza nunca perdona, y si no perdona, es claro que se cobrará el daño que se le está infringiendo. Considerando estos daños, la represalia hasta el momento es pequeña, por lo que lógicamente podemos esperar un castigo mucho mayor por parte de la tan sufrida madre naturaleza, porque a cada falta corresponde una pena correspondiente.

Desde hace ya más de 20 años de la Cumbre Mundial sobre el Medio Ambiente, en Río de Janeiro, Brasil, no se ha podido llegar a un acuerdo global para llevar a cabo acciones conjuntas que corrijan la situación. Año con año se lleva a cabo una Cumbre en diferentes ciudades importantes del mundo. Una muy importante fue la de Japón, donde se estableció el Protocolo de Kyoto, el que Estados Unidos se negó a firmar aduciendo que las medidas propuestas perjudicaban la economía del país, siendo en realidad que a quien no le convenía era a la mafia petrolera, por mermar sus ingresos.

Por lo anterior, China y Rusia, junto con Estados Unidos, de los principales productores de gases contaminantes causantes del sobrecalentamiento y los resultantes cambios climáticos, provocadores de los muchos y tremendos desastres naturales referidos, se negaron igualmente a hacerlo.

Ahora que después de Copenhague, México (con especial empeño de Ángela Merkel y Felipe Calderón), y otras en las que la Cumbre estuvo a punto de llegar a un histórico acuerdo, se estaba llegando a lograrlo, Trump, decepcionando una vez más por sus acciones incomprensibles, echa marcha atrás alegando que lo del sobrecalentamiento y los cambios climáticos son puro cuento, por lo que reanima en Estados Unidos la producción y consumo de combustibles fósiles. La realidad no es que esté convencido de esto, sino que está comprometido con los intereses de la mafia petrolera, lo que por supuesto no menciona.

Lo mismo pasa en el grave conflicto de Siria, donde ya Obama y la Clinton a través de la CIA apoyaban con dinero y armas a los insurgentes que crearon artificialmente y luego el Estado Islámico, apoyados por mercenarios (Black Water), porque Bashar al Assad les estorbaba para llevar a cabo el proyecto del gasoducto para abastecer a Europa, pues Bashar lo iba a realizar con Putin, como la atestigua la Hermana Guadalupe misionera argentina en Alepo.

Ahora, Estados Unidos con Trump bombardea una posición del gobierno sirio como represalia por haber usado armas químicas, sin investigar siquiera, y bloquea la petición de Putin de una investigación a fondo para determinar de quién eran las armas químicas en poder del Estado Islámico. Sigue imperando la ambición por el dinero y el poder, aunque Trump se haya declarado por la Vida, la Familia y la Libertad Religiosa.

Vamos para atrás y no se piensa que si la muy grave situación del Medio Oriente no es un castigo de Dios, los tremendo desastres naturales sí son efectivamente un castigo de la naturaleza, el que empieza a hacerse presente y puede cada vez ser más funesto para la humanidad y toda la naturaleza.

La única solución es, como en Venezuela, que la sociedad valientemente se lance a exigir a los gobiernos que se vayan o que cambien su actuar y trabajen a favor de la naturaleza, incluyendo a la especie humana, dejando de promover la ideología de género, respetando la libertad y la identidad, ya no tratando de imponer la cultura de la muerte, con la corrupción, perversión y todas las demás consecuencias.

Tenemos que lograr que se reinstaure la cultura de la vida y del amor. Que si no lo hacemos, estaremos cavando nuestra propia tumba y la de muchas otras especies sobre la Tierra. Tenemos que lograr que los 10 Mandamiento de la Ley de Dios, que siguen totalmente vigentes y que señalan claramente que lo malo es precisamente lo que va contra la naturaleza humana, sean la norma en la conducta humana.

¡Dios no castiga… la naturaleza se encarga de ello!

“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida”.

@yoinfluyo

redaccion@yoinfluyo.com

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com


 

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