¡OPORTUNIDAD DE ORO! Esa es la que tenemos para liberarnos del tutelaje forzoso de Estados Unidos que hemos sufrido desde nuestra Independencia, para desgracia nuestra, durante el cual el gobernante mexicano en turno obedecía las consignas del vecino del norte, o era cambiado por otro que estaba dispuesto a hacerlo.
Así cayeron Vicente Guerrero, Zuloaga, Miramón, Porfirio Díaz, Madero, Victoriano Huerta, Carranza y Calles. La mafia de Estados Unidos, siempre apoyada por la mafia nacional que traicionaba a su Patria por obedecer al vecino, conducía nuestra historia tristemente. Vendiendo a su patria, tuvieron apoyo Juárez, Madero, y los otros que en un momento dejaron de ser gratos y cayeron consecuentemente.
Pero el poderoso Ejército de Estados Unidos, que hubiera recibido su primera derrota total en La Angostura y que no la sufrió gracias a la traición de Santa Anna, si recibió una vergonzosa derrota, que nunca se la hubiera imaginado, en el Puerto de Salina-Cruz.
Porfirio Díaz, que había hecho a un lado a la masonería, igual que Vicente Guerrero, había logrado poner a México a la altura de los países más avanzados del mundo, en lo económico, cultural y militar. Consciente del nuevo poder de México, se atrevió también a hacer a un lado el tutelaje yanqui. Por más que la Leyenda Negra haya querido poner mal a Don Porfirio, no ha podido ocultar la grandeza de México de esos días, coincidiendo con la grandeza Victoriana en Inglaterra y la del Káiser en Alemania.
Estados Unidos, a principio del siglo pasado, buscaba una solución a su comunicación marítima de sus costas del Atlántico y del Pacifico, para no tener que dar la vuelta hasta la Tierra de Fuego, pasando por el Estrecho de Magallanes, lo más cercano era construir un Canal por el Istmo de Tehuantepec. Le ofreció a Don Porfirio comprarle los estados de Oaxaca, Veracruz y Tabasco, lo que le fue negado, igual como sucedió con Texas.
E igual que allá, aquí recurrieron a un ardid sucio. En Texas habían enviado a Houston y a Austin disfrazados de civiles, aquí enviaron a William Walker al mando de un fuerte contingente a comprar tierras sobre el Istmo, y una vez adueñados y siendo mayoría en población, declararse independientes y luego pedir su anexión a Estados Unidos. México se dio cuenta a tiempo de la maniobra y Walker y demás tuvieron que huir. Para evitar algo así en lo futuro, se creó el Articulo 27 de la Constitución, que prohíbe la compra a extranjeros de terrenos en playas, fronteras y lugares estratégicos.
Previendo un posible ataque por mar, Don Porfirio mandó artillar los puertos de Salina-Cruz en el Pacifico y Puerto México en el Golfo, encomendándole la misión al General Manuel Mondragón, quien diseñó potentes cañones, cuya construcción fue encomendada a la casa Krupp de Alemania. Por cierto, que años después Krupp construyo el famoso Cañón “Gran Bertha” (Dicke Bertha) que hizo estragos a los Aliados en la Primera Guerra Mundial.
Y tal como lo previó Don Porfirio, una mañana apareció en aguas del Pacifico frente al Puerto de Salina Cruz la Séptima División del Pacifico de la Flota Americana, encabezada por un poderoso acorazado.
El General Mondragón, que contaba con 11 excelentes artilleros, al no recibir respuesta a su pregunta sobre la presencia de la Armada, envió un cañonazo de advertencia, el que no fue respetado, colocando entonces los artilleros de Salina-Cruz un perfecto blanco en la proa del acorazado, que se fue a pique. Los yanquis nunca soñaron con ser recibidos en tal forma, y no arriesgándose a acercarse, pues su artillería no tenía el alcance de la mexicana, se mantuvieron a la expectativa a 11 millas durante 3 meses, retirándose después avergonzados (con el rabo entre las piernas).
Estados Unidos buscó otras posibilidades en Nicaragua y Colombia, a la que entonces pertenecía Panamá. Al no llegar a un acuerdo, instigaron a Panamá a separarse de Colombia, igual que lo habían hecho en Filipinas, Puerto Rico y Cuba, con lo que pudieron construir el Canal, olvidándose del Canal de Tehuantepec, pero no de las fortificaciones, pues con Madero lograron el desmantelamiento de los cañones de Salina Cruz y Puerto México a cambio de darle su apoyo.
¡Cuántas cosas de nuestra Historia se han ocultado! (a la mafia no le convenía que se supieran) y otras tantas han sido cambiadas, falseando la verdad. Es el sistema que ha utilizado la cultura de la muerte en forma sistemática, para controlar y dominar al mundo. Las agencias noticiosas, a través de los medios de comunicación, han sido un instrumento estupendo para esto.
El pueblo de México se ha caracterizado por su unidad y disposición de apoyo mutuo. No en balde nuestro Himno lo dice: “… un soldado en cada hijo te dio…”. Trump está trabajando para su país, está logrando una reacción de unión y de defensa de lo nuestro en el pueblo. Aprovechémoslo ahora para hacer a un lado el tutelaje al que estamos sometidos. Lo hecho en México está bien hecho, dejemos de depender comercialmente de Estados Unidos, abramos otros mercados como lo hizo en su momento Don Porfirio. Europa, Asia, Sudamérica, África. Hay muchas posibilidades. Pero sobre todo, cortemos la dependencia política, que es la verdadera “Soberanía Nacional” la que tenemos que defender, no protegiendo a los narcos.
La Historia nos demuestra que somos capaces de eso y mucho más, lo único que necesitamos para tener éxito es recuperar nuestros Valores, reinstaurar la cultura de la vida y del amor, superando la corrupción que caracteriza el sistema del hueso. Estaremos a un punto de resolver todas nuestras crisis, empezando por la más importante de todas, que es la crisis ambiental.
“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida”.
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