Todo a golpes

El pleito se está convirtiendo en nuestra escena diaria, no solamente en la arena política: los que golpean mujeres, los que retan a la policía a golpes, los que apedrean soldados.


Pleito 


Acorde con lo que quiere el presidente, en el país todos se llevan a madrazos. Comenzando por él, que en sus conferencias de prensa la emprende contra los que no piensan como él. Nada los detiene en su campaña sistemática de fustigar al pasado reciente y a quienes considera enemigos del país. Medios, empresarios, políticos, periodistas, intelectuales, académicos, historiadores, todos forman un blanco enorme al que él no deja de disparar. Así, toma pleito el presidente todos los días, es el principal pugilista de la nación.

El ambiente que provoca el Presidente produce pleitos en todos lados. Ya vimos lo que pasó en el Senado con la elección de la titular de la CNDH: golpes y empujones entre las senadoras, jaloneos, gritos y amenazas en la llamada Cámara alta. También los subordinados le entran a los madrazos, ¿por qué no? Así, un hombre tranquilo y atemperado como Jesús Seade se convierte de pronto en porro tuitero y la emprende contra un periodista, poniéndole apodo e insultándolo de tener intereses inconfesables. Los de Morena quieren expulsar a una senadora de su bancada porque les cae mal lo que piensa. Desde Palacio Nacional salen acusaciones de manejos irregulares de dineros públicos contra administraciones pasadas, no se dan números de cuentas, ni nombres de empresas, ni fechas de los movimientos: se avienta el lodo a ver a quién le cae del otro lado.

El pleito se está convirtiendo en nuestra escena diaria, no solamente en la arena política: los que golpean mujeres, los que retan a la policía a golpes, los que apedrean soldados. Un tipo se baja de su coche y golpea a una mujer, otro tipo le patea el coche a una joven y le avienta el café. Los “lords y las ladys” se amontonan en las redes sociales. El insulto y la ofensa se han convertido en una forma de perversa convivencia que practicamos todos los días. Los alumnos la emprenden contra los profesores. Dos generaciones se enfrascan unos contra otros, por ver cuál es la mejor, unos defienden su presente como si fuera el lugar del superhombre y otros creen que su pasado logró la civilización occidental y los insultos cruzan de un lado a otro. Un grupo de campesinos se siente ofendido por la pintura de Emiliano Zapata como gay y se manifiestan en Bellas Artes para que retiren la pintura. Un grupo de gays se manifiesta a favor de su libertad de expresión; los campesinos la emprenden a madrazos contra los miembros de la LGBT.

Este ambiente de lija y filo es propiciado desde Palacio Nacional todos los días. Desde ahí se anuncian limpias, purgas, la eliminación de cualquiera que haya conocido a un hombre sujeto a juicio. Desde ahí se señala culpables, se anuncian congelamientos de cuentas, se inventan delitos, se agrede, se insulta. Entre los reporteros que asisten cotidianamente a las llamadas “mañaneras” se han dado pleitos y agresiones. Y cómo no, si el presidente es el primero en meterse contra los periodistas.

Así son los ambientes polarizados. Hay que mantener avivado el fuego del pleito de las diferencias con apodos e insultos, que no se olvide que ellos “son diferentes”, para que “no los confundamos”. Pero bueno, ayer exoneraron a Bartlett de una manera cínica y desvergonzada. Lloverán madrazos desde el otro lado. Y así nos llevaremos todo el sexenio al parecer.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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