El 2024 arranca el próximo lunes. El resultado parece previsible, pero dejemos la palabra a los electores. Por supuesto, la gran sorpresa sería un triunfo de Alejandra del Moral, algo que es anhelo de muchos y que, sin duda, replantearía el escenario político nacional en casi todos los aspectos. Sería una bomba no sólo para Morena, también para la oposición, que encontraría en la mexiquense el antipeje tan buscado y deseado, un sueño hecho realidad, la mejor navidad, el momento Higareda del movimiento opositor.
En el caso de un triunfo de Delfina, las cosas seguirían más o menos igual que como están, solamente con el adicional de que la maquinaria lopezobradorista incorporaría varios miles de millones a su presupuesto para el dispendio electoral, lo cual no es poca cosa.
Si manejamos el escenario anterior –posible y probable–, se abren una serie de preguntas que dejo a consideración del respetable:
¿Qué hará Marcelo Ebrard? Necesita una jugada para llamar la atención, ser el primero en algo, aunque sea en dejar el cargo.
¿Qué hará el PRI? Si pierde, se quedaría nada más con un estado ganado a pulso, lo que probablemente sucederá en Coahuila. ¿Habrá reacomodo de fuerzas? Digo, algo querrán de premio los ganadores, porque ya no quedarán muchos de esa especie en el tricolor.
¿Qué hará el PAN? Quizá el partido en más aprietos, porque todo lo que hace le sale mal. A pesar de ser el partido que podría ser la cabeza en la oposición, parece querer esconderse en la alianza y que alguien decida por su directiva.
¿Qué hará la alianza? Más allá del éxito innegable de sus movilizaciones sociales, este entramado de organizaciones encabezado por Claudio X. llegará a su hora decisoria: ¿buscará candidato en conjunto con los partidos? ¿Hará un proceso propio? ¿Pondrá requisitos para participar o cualquier ciudadano podrá? Y, si no les caen bien los candidatos de los partidos, ¿van con uno propio?
¿Qué hará el PRD? Bueno, la verdad eso no le importa a nadie. Creo que ni a los del PRD.
¿PAN y PRI se pondrán las pilas o esperarán a que Morena tenga su candidato para definirse?
¿Aceptarán en Morena otra propuesta –por ejemplo, de Ebrard–, en lugar de la del Presidente?
¿Claudia dejará rápido el gobierno o seguirá usando el Zócalo como salón de actos de su comité de campaña?
¿Alito será el candidato del PRI?
¿Estarían los del PRI dispuestos a apoyar a Lilly Téllez como candidata?
¿Los panistas apoyarían a Alito como candidato?
¿Cuántos precandidatos puede tener la alianza?
¿Qué pasará en la CDMX? ¿Xóchitl Gálvez o Santiago Taboada?
En fin, mucha, demasiada pregunta que correrá a partir del domingo en la noche, y respuestas que iremos encontrando al transcurrir la semana. Se va a poner bueno.
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