El lunes amaneceremos con muchas novedades en nuestro país. Cambios. Muchos cambios que para eso nos dimos la democracia los mexicanos: para cambiar nuestros gobiernos, para votar por nuestras preferencias, para poner a una presidenta, darle más representatividad a tal opción, quitarle a otra, poner una mayoría aquí, quitar otra allá y, ¿por qué no?, desaparecer alguna opción que ya no convence a nadie.
Al margen de los resultados, algo saludable sucederá a partir del lunes: el presidente López Obrador dejará de ser nuestro principal tema de conversación –sin duda un duro golpe para un narciso exacerbado como él–. Su personaje, su personalidad y muchos de sus dichos pasarán a segundo término. Hablaremos de otra persona, de una mujer que será quien, en unos meses, lo relevará. ¿Qué hará, a quién nombrará, dónde vivirá? Gran cantidad de preguntas surgirán alrededor de la nueva presidenta electa. López Obrador iniciará el lunes un largo viaje que se llama retiro. Nadie puede decir que no sea una buena noticia.
La del domingo es una elección enorme. Literalmente miles de puestos de elección popular están en juego. Por supuesto, más allá de lo que digan las encuestas que se han hecho de una malísima reputación en este proceso electoral, nuestra principal inquietud es la de quién será nuestra primera presidenta, lo que, sin duda, será toda una novedad y un dato histórico relevante. A continuación, algunas preguntas de las que seguramente podremos tener respuesta el lunes a primera hora.
¿La próxima presidenta contará con mayoría legislativa?
¿La Cámara de Diputados será una estampa colorida o un bloque monocromático? ¿Y la de senadores?
Si tenemos presidenta, ¿cuántas mujeres llegarán al Congreso? ¿Cuántas serán nuevas gobernadoras y alcaldesas?
¿Morena seguirá siendo el partido con una enorme cantidad de poder como lo ha sido en este sexenio, o los electores lo castigarán restándole presencia en las cámaras y quitándole gobiernos locales?
Después de tres décadas gobernada por el mismo grupo, ¿la CDMX se dará la oportunidad de ser gobernada por otra opción política?
Si gana Santiago Taboada en la CDMX, ¿qué cambios tendrá el PAN al tener a un nuevo líder natural como lo es Taboada? ¿Tomará el partido? ¿Se juntarán todos a su alrededor?
¿Perderá el PRD su registro nacional?
¿Se convertirá el PRI en la cuarta fuerza política de la Cámara de Diputados?
¿Alcanzará MC el porcentaje suficiente para ser la fuerza emergente que ha planeado ser?
¿La alianza opositora logrará arrebatarle el gobierno de Veracruz a las fuerzas caciquiles que se apoderaron de ese estado?
¿Seguirá el ambiente de la conversación pública igual de rasposo?
Lo importante de estas interrogantes es que todos podemos participar en la elaboración de las respuestas, para eso nada más tenemos que votar. Voten por quien quieran, pero voten.
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