Plaza llena, corazón contento

Esa podría ser la frase para resumir el domingo en el que decenas de miles de mexicanos salieron a la plaza pública a defender a la institución que les dio voto y credencial.

Se dice fácil, pero no lo es. Lograr un esfuerzo ciudadano de esa magnitud requirió mucho más que solamente la aversión a un gobierno tramposo, ignorante y autoritario como es el que encabeza López Obrador. Planeación, decisión, no tener miedo al fracaso, seguridad en el mensaje, hacer caso omiso a las amenazas y levantar la cabeza ante los insultos del lépero del Presidente y sus secuaces. Todo eso, y sobre todo la convicción de que se puede hacer algo más que quejarse, que hay que moverse o te aplastan. Bien, todo eso y más estuvo de parte de los organizadores. Felicidades a los que intervinieron en esto, volvieron a dar un golpe donde más le duele al déspota de Palacio: en la plaza pública. Según muchos asistentes en la CDMX, hubo mucha más gente en esta ocasión que en la del año pasado. Un gran éxito lo que lograron.e00:00/00:00TruvidfullScreen

Hay varias lecciones que sacar de las plazas con ciudadanos en todo el país protestando contra el atropello gubernamental. Una de ellas es el hartazgo de un buen porcentaje de mexicanos a los insultos y arbitrariedades encabezadas por el Presidente de la República. Porque, admitámoslo, el INE es una gran causa para manifestarse en contra de López Obrador. Como decían varias pancartas ayer: el INE nos une. Pero, además de dicho instituto, este gobierno ha sido pródigo en destruir todo lo que ha encontrado que servía, causando un daño enorme, no solamente a la población –aunque él cree que se lo propinó al neoliberalismo–; así, el día de ayer se dieron cita también los agraviados por el insulto, que pueden ser estudiantes que van desde al ITAM hasta la UNAM o los que aspiran a estudiar en el extranjero; sí, pero también los que se han quedado sin un sistema de salud medianamente funcional, los miles de burócratas que se quedaron sin trabajo por el capricho de un energúmeno, o aquellos que buscaban en la ciencia su desarrollo profesional y que han sido suplantados por hechiceros y videntes de aluxes presidenciales. Este gobierno ha insultado y vejado a gran cantidad de gente y se encuentra con todos unidos defendiendo al INE del ataque autoritario.

Algo que también queda para el análisis de estos días es que el discurso de García Luna como figura opositora, o de Calderón como eje de la oposición, es algo que se quedó en las pancartas diputadiles, en la vociferación reiterada de las mañaneras. La ciudadanía opositora está en otro tema: en 2024; no en 2006 ni en 2012, como el Presidente. Es una ciudadanía harta de este presente y quiere dibujar su futuro. López Obrador podrá seguir hablando años de García Luna, pero no se los podrá adjudicar a los ciudadanos. Se acabó el país de un solo tema: el Presidente trae el suyo, y los ciudadanos opositores, el propio.

Ahora vendrán otras decisiones opositoras: ¿qué hacer con esas plazas llenas? ¿Cómo aprovecharlas y que no se queden en una gran anécdota?

Por lo pronto plaza llena, corazón contento.

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