Por supuesto el viaje está muy lejos de ser lo que dicen los medios y los súbditos proyanquis del lopezobradorismo. No fue ningún gran triunfo. La dignidad nacional no estaba en juego.
En serio: ¿qué podía salir mal? Digo, lo invitó Trump a su casa, sería el invitado de honor, le dijo que llevara a sus amigos empresarios y, al final del día quien tendría más fotos y comentarios al respecto sería el invitado más que el anfitrión. A veces el antipejismo –me incluyo– nos hace ver cosas un poco absurdas. ¿A qué presidente le ha ido mal en una visita a Estados Unidos, a cuál han insultado cuando lo invitan? A ninguno. En eso, como en muchas otras cosas, López Obrador ha corroborado que es igualito a sus antecesores. Todos presumen su visita como algo histórico, como un triunfo de la dignidad nacional con un trato privilegiado que “nunca se había visto”. Los presidentes se sienten felices después de la visita, sobre todo venden que fueron muy dignos ante el gringo al que le dijeron tal y cual.
Sin embargo, la opinión generalizada en los medios fue decir que era un error hacer ese viaje que le iba a ir muy mal y que si no le iba mal ahorita, le iba a ir mal después que ganaran los demócratas (aunque nadie señalaba que le iría muy bien si Trump ganara la reelección). Le fue bien al presidente en Washington y básicamente le fue bien porque no pasó nada fuera de lo normal y en eso consistía toda la apuesta: si nada malo pasa, entonces es un éxito: los detractores del presidente, paradójicamente, diseñaron ese escenario en el que salió sin mancha.
El tipo de relación que guardan Trump y López Obrador sólo ellos y unos cuantos lo sabrán. Escapa a nuestra observación, no importa cuán experto se pueda ser en las relaciones bilaterales. Es conocido que el mexicano le tiene un justificado miedo al energúmeno naranja. Obligado a convivir con quien es un azote internacional, López Obrador ha optado por ser condescendiente y por pedirle favores. Amor con amor se paga, y favor con favor se paga. Así que, si AMLO fue requerido por Trump, éste no tenía de otra: había que ir. ¿El tiempo no era el correcto? No ¿Era una trampa? A lo mejor ¿Se estaban tomando muchos riesgos? Sin duda. Pero la política es tomar riesgos, minimizar lo que se pueda y salir adelante con lo que se tenga a la mano. Salvo que le hubiera dado covid, López Obrador estaba obligado a ir, así que para su desgracia el “detente” hizo lo suyo y tuvo que asistir a ver a su homólogo estadounidense.
Le fue bien porque no le fue mal. ¿Que no logró nada sustancial? No. ¿Que no tuvo las pláticas que se supone debían tener dos jefes de Estado? Tampoco. Pero todo parece indicar que la visita era simple y sencillamente de corte electoral, la foto, el video, algo que pudiera usar para su campaña. Por eso la agenda era mínima, supongo que para no correr riesgo alguno de que algo empañara la nota y para no ir más allá de lo que se les solicitó. ¿Que no quedó bien con los demócratas? Pues no. ¿Que se arma un lío si gana Biden? Pues sí. Pero entonces tendrá que hacer lo mismo que esta semana. Ya que se le pase el enojo al ganador, tendrá que ir para hablar de los lazos, de que ya somos amigos, de que es muy importante la democracia en el continente, y que somos vitales el uno para el otro, y que aprecia y reconoce al nuevo mandatario porque también encabeza un cambio como lo hace él. Los problemas con el mundo no están en los viajes del presidente sino en la falta de certeza jurídica que da su gobierno a los inversionistas, en sus decisiones ideologizadas, en la ineptitud que han mostrado para gobernar. Esos son los problemas.
Por supuesto, el viaje está muy lejos de ser lo que dicen los medios y los súbditos proyanquis del lopezobradorismo. No fue ningún gran triunfo. La dignidad nacional no estaba en juego. Conoció la Casa Blanca, estuvo contento, regalaron bats, vio al servicio secreto en acción y se trajo sus fotos. Como todos los otros presidentes siente que su visita fue digna e histórica y pondrá la foto de su vista junto a las fotos familiares. Por supuesto que son iguales.
Por otro lado, ojalá y le haya gustado viajar y lo repita con frecuencia, el país se queda en una tranquilidad notable.
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