Las iniciales FGR no significan Fiscalía General de la República, su verdadero significado es: Fiscalía de Gertz.
En recientes días lo aparecido en diversos medios de comunicación respecto del fiscal Alejandro Gertz es verdaderamente escandaloso. No hay forma de entender lo que hace este señor al frente de la FGR más que la venganza personal, el ánimo de revancha, el odio implacable acompañado de poder. En eso, Gertz es un discípulo fiel, quizá el más, de las arengas presidenciales: su rencor no tiene límite, alcanza ancianos, familiares y científicos. Como pocas veces la justicia está al servicio de la vendetta personal, del ajuste de cuentas del titular.
Raymundo Riva Palacio en estas páginas, Roberto Rock en El Universal, Ricardo Raphael en Proceso y muchos más en las redes sociales han traído a la opinión pública esta semana las tropelías de Gertz contra su familia y contra un grupo de científicos. A todos asombra el nivel de la sevicia con que se conduce el fiscal en estos asuntos absolutamente personales. Nada lo detiene.
Como todo en este gobierno, el asunto no está exento de cuestiones delirantes. Imaginarse al fiscal de la nación solicitando una orden de aprehensión contra una mujer de 94 años que estuvo casada con su hermano da escalofríos, parece salido de cuento de terror. El hombre responsable de perseguir a los delincuentes se ocupa primero de algún escándalo familiar, en el que consigue el récord de que quien fuera su cuñada sea la persona más longeva contra quien se libra una orden de aprehensión. Valiente triunfo.
Otro gran logro del fiscal Gertz es haber metido a la cárcel a la hija de su excuñada, Alejandra Cuevas Morán. Esta mujer de 67 años lleva casi un año presa, víctima de un proceso lleno de atropellos vergonzosos propios de una revancha personal. Los hijos y la hija de la señora Cuevas han hecho una valerosa defensa pública de su madre y han denunciado las amenazas y chantajes a los que los ha sometido uno de los hombres más poderosos del país.
Ahora Gertz dirige su furia contra una comunidad, la científica, que simplemente se extrañó de que a los más de 80 años se le reconociera al fiscal su calidad de científico y se le diera una plaza como investigador. Peor aún, se descubrió que el trabajo que presentó para la obtención de la plaza es un burdo plagio. Ante eso, la respuesta de Gertz ha sido la de poner un expediente en el juzgado de su preferencia para lograr meter a unos científicos a la cárcel acusándolos de crimen organizado. La pretensión del hombre de ciencia metido a fiscal general de la República es meter a los científicos a una cárcel de máxima seguridad. Ya estamos como en tiempos soviéticos persiguiendo a las mujeres y los hombres de ciencia.
Como se puede apreciar, la procuración de justicia en el país no va contra quienes usan armas de fuego contra las Fuerzas Armadas o la población civil, o contra los asesinos o extorsionadores. Está dirigida contra los adversarios políticos del presidente, contra los familiares del fiscal y cualquiera que lo haya ofendido. Las iniciales FGR no significan Fiscalía General de la República, su verdadero significado es: Fiscalía de Gertz.
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