Cosas del Whats en cuarentena

A través del Whatsapp muchos mantienen comunicación. Algunos envían saludos, otros consejos, recetas de cocina e inclusive información sin verificar, hay de todo.


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“El Whats” se ha vuelto parte toral de nuestra vida. Con esta mensajería instantánea se trabaja, se hacen amistades, se fortalecen relaciones, se discute, se pelea, se inventan cosas, se transmiten chismes, se difunden rumores, se mandan memes, se intercambian recetas, se transmite porno, se ventilan infieles, se tiene actividad sexual, se localiza a los hijos, se mantiene contacto con el mundo, se acortan las distancias, se espía al otro, se silencia a alguien, se le ignora, se le bloquea, se arman fraternidades, se acosa al otro, se reviven momentos, se comparten alegrías, se fijan citas, se pertenece a algún grupo aunque no se quiera… En fin, que la vida ya no se entiende sin el “whats”. Incluso no tenerlo es una suerte de autoexclusión social, una suerte de negación a la modernidad, una muestra de total de desarraigo, un rasgo de desequilibrio.

En esta cuarentena el “whats” es fundamental para sobrevivir a uno mismo. Es uno de los instrumentos que ayudan contra la locura y la desesperación. Pero, al mismo tiempo, nos muestra el abuso que se hace de él en términos de que hay quienes los usan para vil propaganda personal sin consideración alguna con sus semejantes. El factor multiplicador del chat es aprovechado por gente para dar a conocer inopinadamente sus pareceres sobre el acontecer del país y del mundo. Uno, al ver llegar el mensaje, piensa que será una pregunta, una solicitud, un saludo o algo así. Pero no, llega lo siguiente:

“Buenos días, espero que estén bien todos por casa. Te hago llegar mi columna sobre el impacto del coronavirus en la economía mexiquense y un cuadro comparativo de este mal con la peste bubónica. Gracias por tu lectura y compártelo con tus amigos”. Así tal cual. En realidad, su mensaje debe decir lo siguiente: “Me vale madres si se están muriendo en tu casa por la pandemia. Antes de morirte no seas egoísta y léeme a mí que te advertí hace seis semanas por esta vía con otro de mis artículos que ahí venía el coronavirus”. Digo, en el fondo es lo que dice.

Otro más manda el siguiente mensaje: “Amigos les mando mi opinión sobre cómo se deben de cuidar ahora que está el coronavirus, hay que tomarlo en serio. Si les gusta el video lo pueden compartir”. Bueno, lo primero es que hay quien supone que por tener el número telefónico de uno ya es su amigo, cuando no es así. Pero más allá de eso, el hombre se siente con autoridad para hablar a profundidad de medicina; poco le hace falta para distribuir recetas médicas por “whats”. A quienes llama sus “amigos” saben que el tipo no estudió ni un curso de enfermería y manda videos casi diarios con sus disquisiciones médicas. En realidad, le vale madres todo: la amistad, que uno se infecte o lo que sea. Lo que le importa es mandar su video y que sus tíos o alguien así le diga que qué inteligente y cuánta razón tiene. Seguro no lo manda a sus hijos porque ya lo han de tener bloqueado.

Hay quien también manifiesta ya su hartazgo por la fiebre de información respecto del coronavirus, pues ésta viene y va sin ningún filtro. Porque en el “whats” el chismoso intriga, el indolente manda memes de todo y el rabioso echa espuma por el “whats” aunque a la mejor también por la boca. Ejemplo de conversación con este último.

–Te mando este texto del coronavirus que a la mejor te resulta interesante.
–Deja de mandar mamadas. Ese tipo es un impostor, un pinche millenial que ya lo denunciaron todos.
–Ah caray, no sabía.
–Es que medio mundo manda esa mamada y no es cierto.
–Ah chingá, pus no sabía.
–Tampoco mames. Me mandaste el desplegado de Denisse Dresser.
–Pero ese era de broma, digo, no era para tomárselo en serio.
–Entre eso y las nuevas versiones del negro me traen harto.
–Y los sitckers qué tal
–Uta ya no saben ni que poner, hay quien hace stickers ¡con sus fotos!
–A mí ya me llegó la receta del panqué de plátano que hace López-Gatell.
–No me la mandes por favor. No hago panqué de plátano, creo que soy el único.

Así las cosas con el “whats”. No manden propaganda personal, es una mensajería no un periódico.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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