El mamut y los cavernícolas

Salgado Macedonio era hace unas semanas la representación de un delincuente sexual. A pesar de eso, el presidente López Obrador lo mantuvo como candidato.



Lo dicho: la aparición del mamut en el logotipo de uno de los insignes proyectos del presidente López Obrador no era una ocurrencia, mucho menos una equivocación: es el recordatorio del tiempo que vivimos en este país y bajo el liderazgo de AMLO: la era de hielo, el regreso a la época de las cavernas y la aparición del hombre primitivo.

Los comportamientos en estos días de personajes cercanísimos al presidente no dejan duda de que su mundo es el del mamut, el de la pelea a muerte por cualquier cosa: el aplastamiento del otro, la eliminación del adversario, el uso de la fuerza bruta. La guerra –que no batalla– que ha emprendido el presidente en contra del INE es algo inusitado por su violencia y su desmesura.

Para aquellos que siempre han visto a AMLO como un hombre de temperamento fuerte, rencor a la mano y esclavo de sus resentimientos, incluso ha sorprendido que encontrara en Félix Salgado Macedonio a su alter ego. El guerrerense se ha convertido en un reflejo de los deseos presidenciales. Si el presidente amenaza con desaparecer al INE porque no le gusta, el senador Salgado amenaza con ir a la casa de los consejeros, avisa que si él no es el candidato no habrá elecciones. De ese tamaño el desplante.

Salgado Macedonio era hace unas semanas la representación de un delincuente sexual: un hombre acusado de violación y acoso por distintas mujeres. A pesar de eso, el presidente López Obrador lo mantuvo como candidato. Ahora el hombre bronco ha regresado para exigir que lo mantengan en la elección, no obstante que no ha cumplido con lo que marca la normatividad. Si había alguna duda del comportamiento violento de Macedonio con las mujeres, lo sucedido en estos días lo despeja, pues enfrente de los medios de comunicación y en un mitin organizado por él, habló de que le estaban rascando “los huevos al toro”, o sea a él; dijo que haría pública la dirección de las casas de los consejeros del INE que votan en su contra; le dijo “cabroncito” al presidente del instituto y amenazó: “Los vamos a hallar, los vamos a buscar”, y cerró: “Si me voy yo, también se van ellos”. Si el lector, la lectora o lectores se preguntaban sobre qué hacía un mamut en el logotipo de la obra pública del lopezobradorismo, las palabras de Salgado Macedonio lo explican claramente: es la época de los trogloditas y el pavor a las bestias.

Porque hay que subrayar algo: Macedonio no está solo en sus furias y amenazas, lo acompaña ni más ni menos que el presidente de la República, que hace eco de los reclamos y amenazas del guerrerense. Además, cuenta con el apoyo del presidente de Morena: Mario Delgado. Decir que es presidente del partido es, por supuesto, un mal chiste; el hombre es un pobre lacayo del tabasqueño, un verdadero pelele, un títere, un hombre que se ha despojado de cualquier signo de dignidad para aparecer en las peores causas de la vida pública nacional.

Nada más claro que el mamut para recodarnos que vivimos los tiempos de los hombres primitivos, los tiempos de las cavernas.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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