PAN de relleno

Los senadores del PAN se reunieron en Tamaulipas para definir su agenda legislativa, pero parece no tener nada de importante ni de trascendencia.


Pan disminuido


Los senadores del PAN se reunieron en Tamaulipas para definir su agenda legislativa. Para tal efecto, dicen las notas de prensa, llevaron a cabo conferencias y talleres de trabajo que les auxiliaron a definir su plan de acción para el siguiente periodo de sesiones. Por supuesto, a nadie le importó.

En el marco de esa reunión el presidente del PAN nombró al nuevo coordinador de la bancada panista en el Senado. Algo que tampoco a nadie le importó.

Que 24 legisladores que conforman la segunda fuerza en el Senado de la República se reúnan para delinear un plan de trabajo ha sido una noticia irrelevante.

Que el presidente del PAN anuncie quién dirigirá los destinos de Acción Nacional en el Senado ha sido también irrelevante.

Y es que el PAN –la oposición legislativa en su conjunto– se ha convertido en una zona de nadie y de nada en la que, salvo una desgracia o un escándalo, no tiene ninguna repercusión lo que diga. La oposición en México se mueve en la nadería y no parece fácil que se desplace de ahí en algún tiempo.

No es la primera vez en su historia que el panismo es la segunda fuerza política. Lo fue durante décadas. Claro, que hace muchos años no tenía tan pocos representantes en el Legislativo. Y nunca como ahora está sin personajes que la sociedad valore como opositores. La disminución de sus votos –reflejada en la escasa representación– también es proporcional a su ausencia de líderes y de banderas, no es extraño entonces que sus decisiones sean lo que en tiempos del periodismo impreso se llamaba “nota de interiores”: una información de escasa importancia, básicamente de relleno. El PAN ya es relleno informativo.

Claro que mucho de la condición que atraviesa ese partido no es culpa exclusiva de quienes ahora dirigen lo que queda de ese instituto. Lo he comentado varias veces en este espacio: la decadencia del PAN es algo que lleva muchos años; sin embargo, sí hay que señalar que las últimas tres dirigencias han sido particularmente perniciosas y pareciera que dedicaron gran entusiasmo para lograr este espacio en la nadería política. Si los errores del pasado reciente son de peso, los que están ahora no han sabido más que ahondar en la mediocridad y en el pleito.

Como personajes políticos, los legisladores del PAN no entusiasman ni a su familia. Van de la nulidad y la grisura profesional al espectáculo cómico/patético. Sólo se mueven por absoluta necesidad o por desgracia propia. El caso del nombramiento del nuevo coordinador de senadores, Mauricio Kuri, es un buen ejemplo. A la trágica muerte de quien fuera su coordinador, Moreno Valle, se abrió de nuevo la discusión para el relevo. Otra vez quiso Gustavo Madero –una cara conocida y visible– y otra vez lo humillaron con la negativa: sus cachorros lo muerden. El nombramiento quedó en Kuri, que es, en menos de cinco meses, el tercer coordinador del reducido grupo senatorial. Quizá eso explique algo. Quizá también lo explique que, previo a Kuri y a Moreno Valle, estuvo en el cargo quien fuera presidente y secretario general del PAN, Damián Zepeda, que fue defenestrado por el nuevo presidente. Madero y Zepeda fueron presidentes de Acción Nacional y no pueden aspirar en el propio partido que dirigieron a coordinar una veintena de senadores. Es lo que valen los expresidentes del PAN en su propio partido. Quizá eso explique algo.

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