Muchos comentarios se han hecho sobre la llamada de Martí Batres a un interlocutor –que ignoramos quién es– en la que le da instrucciones para golpear a Omar García Harfuch. Batres niega haber realizado esa llamada o mensaje. Se entiende, es el primer recurso cuando eres sorprendido: tú niégalo. Que aquí está la foto, que este es el audio y esa es tu voz: niégalo. Un recurso viejo y gastado y el jefe de Gobierno lo sabe, por eso recurrió a decir que se trataba de un asunto elaborado con IA. Aunque algunos suponemos que tiene que ver más con la estupidez natural que con la inteligencia artificial.
Lo cierto es que los mencionados en la conversación se llevaron tremenda exhibida. Viri y Hernán han quedado como parte de una estrategia de golpeo comandada por el porro Batres. Deberían admitirlo, digo, mientras no les paguen por destrozar la casa propia con dinero gubernamental, no le veo el problema en que se manifiesten a favor o en contra del candidato que les parece que mejor representa sus intereses y valores. Pero como lo dicho por Batres –o lo atribuido a él– es verosímil cualquiera lo da por cierto. Veamos: dice que tienen “dos semanas para bajar a Omar por el tema de género. Yo ya le dije a Dani que le siga pegando con Hernán, con Viri y a ver si saca algo más Ana porque lo último del Minilic nomás no pegó”. No sabemos todavía quiénes son Dani y Ana, pero parecen ser personas influyentes en la comentocracia chaira y en los medios, aparte de contar con información del gobierno y seguramente desempeñarse con algún cargo en las oficinas que dirige Martí. Lo que es clarísimo es “el nado sincronizado” –como les gusta decir a ellos– entre Viri, Hernán y Martí. Esta triada sicótica pareciera liderar los embates en contra de quien despectivamente llaman “el policía” que no es otro que el candidato preferido de Claudia Sheinbaum: Omar García Harfuch. Los comentarios y escritos de Hernán y Viri encajan perfectamente con las supuestas instrucciones de Batres. Uno no tiene por qué suponer que son “chayoteros” o que reciben dinero del gobierno. Pero ellos dos son parte de ese grupo que ha vilipendiado cualquier comentario opositor tratándolos de corruptos, carentes de ideas propias y dependientes del presupuesto gubernamental. Tienen ahora una cucharada de su propio chocolate.
La semana pasada en este mismo espacio comenté que el pleito rebasa a García Harfuch, que en realidad es un pleito contra Claudia para no dejarla tomar decisiones, ni siquiera la primera. En la grabación difundida menciona Batres que “la jefa” “no está viendo las divisiones ni el panorama completo desde la ciudad”. Resulta raro que la señora Sheinbaum no tenga un panorama claro de lo que pasa en su partido y en la ciudad que gobernó cinco años y en una de cuyas demarcaciones fue alcaldesa, además de ser funcionaria relevante en el gobierno capitalino de AMLO. Ahora resulta que no sabe lo que pasa en la ciudad. A la mejor la subestiman.
La madriza adentro de Morena, por lo menos en el caso del CDMX, ya rebasó los niveles de la moderación. Ya se perdió. A Martí Batres lo salió a defender el vocero del Presidente, ese siniestro personaje de nombre Jesús Ramírez Cuevas, otro antiHarfuch. En su defensa dijo que es “un hombre comprometido con el pueblo”. Y que hay quienes buscan “dividir al movimiento”. Pues a saber quiénes los buscan dividir porque la tarea la están haciendo solitos. Les queda poco para “bajar a Omar”.
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