¿Qué pasará en el Frente con doña Beatriz? No lo sabemos. Hasta donde nos habíamos quedado en esta gesta democrática encabezada por don Claudio X. y que ha reunido a las fuerzas opositoras al lopezobradorismo, se iba a llevar a cabo este domingo el proceso de votación que, junto con la encuesta nacional, determinarían a la ganadora del proceso de selección. Como se sabe, Xóchitl y Beatriz son las finalistas y, según la última encuesta divulgada por el Frente, se encontraban en empate técnico. Cualquiera de las dos podría ganar, razón por la cual la votación de este domingo se volvía muy relevante.
En el xochilismo se comenzó a advertir preocupación por las mañas del PRI, el acarreo, el manejo de votantes. Se sabe que los priistas son buenos para esas lides: la operación tamal, el relleno de urnas, los muertos votantes, el carrusel, el ratón loco, en fin, una gran variedad de modalidades en el fraude electoral que durante décadas el priismo diseñó, ejecutó, perfeccionó y hasta exportó. Doña Beatriz sabe de aquellas épocas de oro. Movilizar exige un gasto también. El Frente, aparte de imprimir boletas, mandar plumines, tinta que no se borre y hojas rotuladas para el conteo, debe tener personal capacitado, urnas y lugares medianamente accesibles para que los inscritos en el padrón –más de 2 millones de electores– tengan la garantía de sufragar sin problema alguno. Es complicado. Y costoso. Y si sale mal, pus pior.
Es en este escenario que aparece el inefable Alito Moreno, presidente del PRI, a decir, palabras más, palabras menos, que su partido está analizando la posibilidad de que Paredes abandone la contienda a favor de Xóchitl porque es evidente que las encuestas no le favorecen a la priista. A Beatriz no le gustó lo que comentó el dirigente de su partido y dijo que ella no tiene todavía las encuestas que se supone vio el señor Alito. Por supuesto, el dirigente del priismo anuncia que todo esto lo hacen pensando en México, antes que anda: primero México y mucho después el PRI y más después, Beatriz. Esas son las prioridades del tricolor.
Claro, hay que ser muy ingenuo para pensar que en el frentismo le iban a ver la cara al líder priista. Todo el rollo que se armó en torno a una elección en la que la ciudanía era el centro y columna vertebral del proceso de selección parece que puede terminar en una maniobra de Alito para apoyar a la candidata de la directiva frentista y de un buen sector de la oposición (o sea Xóchitl) y que se haga de la candidatura a la Presidencia a cambio de algo que le dé más poder al PRI y más peso. Nadie puede culpar a don Alito de no querer ayudar a su partido y salir ganador. Para eso se supone que es el líder de ese instituto político.
En la rumorología grillesca propia de estos momentos se barajan algunas de las posibilidades que pediría el priista a cambio del decline de Paredes. Espacios de poder en el Legislativo es algo que suena, pero sobre todo solicitar la candidatura de la alianza a la CDMX y dársela a Enrique de la Madrid. No suena mal. A Enrique le fue muy bien en su campaña para la candidatura presidencial. En el ámbito opositor era recibido con gusto y aplausos de todos lados y, aunque milita en el PRI, los votantes panistas lo hacen suyo sin problema alguno –y considero que más en la capital–. Esta maniobra sería un gran lavado de cara para el líder del PRI y una buena apuesta de la alianza, además de una muestra de buena política.
La moneda está en el aire. En el aire de Alito y Beatriz –que también exigirá una buena recompensa a su sacrificio–. A ver de qué nos enteramos hoy.
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