La semana pasada me referí al proyecto de la planta termovalorizadora de basura llamada “El Sarape”, misma que tendrá una capacidad de incineración de 4 mil 500 toneladas por día para generar energía eléctrica. El contrato por la prestación de servicios obliga a la CDMX a un pago anual por 3 mil 300 millones de pesos.
Es preocupante que este tipo de proyectos archimillonarios se firmen justo al final de una administración, cuando Miguel Ángel Mancera está más preocupado por el método de elección del candidato a la Presidencia por parte del Frente Ciudadano por México que por atender sus responsabilidades.
Sucedió exactamente igual al final del mandato de Marcelo Ebrard, en la pasada administración. Hace exactamente seis años, Ebrard firmó un contrato muy costoso para que un consorcio “sellara” el Bordo Poniente, que había sido clausurado por él mismo, un año antes a finales de 2011, y captar el biogás con objeto de utilizarlo para generar energía eléctrica. El biogás está constituido principalmente por metano, que es un buen combustible, pero libre en la atmósfera tiene un factor 24 veces mayor que el CO2 en el efecto de gases invernadero.
Miguel Ángel Mancera al llegar a la Jefatura de Gobierno, ni conoció ni se preocupó por cumplir este compromiso, simplemente lo ignoró. El hecho es que este tipo de proyectos deberían hacerse al arranque de las administraciones y no a última hora. El Gobierno de la Ciudad promovió una norma de separación que en teoría mejoraría los esquemas de recolección, reuso y reciclaje de la basura, pero en la práctica nada se ha hecho y por eso continuamos con un esquema corrupto y obsoleto tolerado e impulsado por las propias autoridades.
La norma no ha funcionado ni funcionará porque hay una complicidad del gobierno con un sistema de recolección totalmente corrompido y obsoleto. Cuando un ciudadano deja su bolsa de basura en el camión recolector, está obligado a pagar una “cooperación voluntaria”. Esto sucede en todas las colonias y delegaciones de la Ciudad y puede ir de 5 hasta 100 pesos semanales, dependiendo la zona. El sistema de limpia es un servicio municipal fundamental y está considerado como una contraprestación por los impuestos que ya pagamos, principalmente el impuesto predial. Sin embargo, a lo largo de muchos años, este “doble pago” se ha institucionalizado y si la gente no paga, pues a ver qué hace con su basura.
Todos los camiones de recolección en la CDMX son verdaderas chatarras contaminantes y destartaladas. Se ubican en horas “pico”, bloqueando las vialidades y haciendo labores de separación que no les corresponden. Están operadas por un grupo de trabajadores, en su mayoría jóvenes que no son empleados sindicalizados. Normalmente el único trabajador con prestaciones de ley es el chofer, quien es parte de la Sección 01 del Sindicato de Trabajadores de la CDMX. Los jóvenes que hacen el trabajo de separación in situ, en condiciones de inseguridad e insalubridad extremas, no tienen seguro social, ni equipo de protección ni ninguna prestación, simplemente el “pago” que el “dueño” del camión determine.
Tengo conocimiento, que en muchos casos, ni siquiera el chofer es el trabajador sindicalizado, sino que se trata de un tercero que “paga” por usar el camión y hacer el servicio de recolección y separación mientras que el empleado de limpia se dedica solo a “recibir sus rentas”.
¿Cómo puede un gobierno pensar en una incineradora de alta tecnología que obligará a un pago de 3 mil 300 millones de pesos al año, si no es capaz de atender lo más elemental que es precisamente el cumplimiento de la Norma de separación y recolección?
Todos los jefes de gobiernos de las administraciones del PRD, ahora Morena, utilizan el cargo como trampolín a la candidatura de la Presidencia, sin atender y resolver los problemas más elementales de la Ciudad. Reto a Miguel Ángel Mancera a debatir en este tema para demostrar la incompetencia de su gobierno y lo incongruente que resulta que pretenda una candidatura presidencial, cuando ni siquiera na ha podido atender el tema de la recolección de basura en su administración.
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