Vincular el turismo religioso con un buen lugar de recepción para los turistas es un proyecto que se debe implementar
Hace ocho días hablamos aquí de la importancia que tendría el proyecto de rescate del “Camino de San Juan Diego”, por el interés de turistas y peregrinos en hacer el recorrido desde Cuautitlán hasta Tlatelolco, pasando por el Tepeyac, donde ocurrió el “acontecimiento guadalupano”, así como por el impacto socioeconómico y sociocultural que detonaría. Mencioné en mi artículo anterior que la Villa de Guadalupe es el centro religioso más visitado del mundo, con más de 20 millones de visitantes por año y que sólo entre el 9 y el 12 de diciembre llegan prácticamente seis millones de peregrinos.
Tuve muchos comentarios en Twitter diciéndome que San Pedro en el Vaticano superaba a la Villa, pero revisando las estadísticas se confirma que la Basílica de Guadalupe recibe un mayor número de visitantes por año. Según cifras oficiales de estos días entre el 9 y el 12 de diciembre el número de visitantes superó los ocho millones, lo cual quiere decir que de este año el número superará los 20 millones de peregrinos del año pasado, cuando en San Pedro se registran alrededor de 18 millones anualmente.
En todo el mundo, los sitos de vocación turístico-religiosa se convierten, a la vez, en el principal detonante económico para las ciudades que las albergan. Lamentablemente, como ya lo apuntamos aquí en artículos anteriores, esto no pasa en La Villa de Guadalupe. Por el contrario, en sus alrededores se puede constatar el estado de abandono, inseguridad, insalubridad, ambulantaje sin control y también situaciones mucho más graves relacionadas con el crimen organizado, como prostitución, trata de personas, secuestro y narcotráfico.
La realidad es que la Villa de Guadalupe es como una isla en medio de un mar de desorden completo, donde además las autoridades de la alcaldía Gustavo A. Madero están “divorciadas” de las de la Rectoría de la Basílica. Lo más grave es que como consecuencia de todo esto, la comunidad vive alejada de la actividad turística porque consideran a las peregrinaciones como algo que altera y daña su calidad de vida y por lo mismo, en lugar de aprovechar lo que esto significaría para ellos en beneficios de distinto tipo, los enfrenta y aleja de la posibilidad de dedicarse a actividades relacionadas con el turismo.
Por otro lado, las últimas autoridades de la alcaldía Gustavo A. Madero, en lugar de aprovechar el detonante económico y de desarrollo de esta condición, muchas veces actúan al revés, promoviendo al ambulantaje y tolerando actividades ilícitas, sin buscar mejorar una buena relación y coordinación con el Consejo Rector de la Basílica.
En Ciudad Posible estamos proponiendo un proyecto de “Reordenamiento y Dignificación de la Villa de Guadalupe”. Consiste en un programa integral que haga de la Villa uno de los principales motores económicos de la ciudad desde el enfoque turístico-religioso.
El proyecto busca integrar a la comunidad en la actividad turística-religiosa, un reordenamiento urbano que proporcione condiciones “amigables” a la actividad turística, como son transporte y movilidad, áreas peatonales, restaurantes, hoteles, hostales y “casas del peregrino”, áreas para el comercio, centros culturales y recreativos.
Además de “reconstruir” el Camino de San Juan Diego, se pretende también la recuperación e integración de sitios arqueológicos e históricos, como el Acueducto, la primera estación de ferrocarril y muchas otras áreas aledañas a la Basílica y contribuir a la protección del Parque Nacional Sierra del Tepeyac.
El objetivo central consiste en vincular el turismo religioso como motor de la economía de la Ciudad de México, dignificando el espacio urbano de la Villa de Guadalupe. Mejorar la imagen urbana, la movilidad, espacios de recreación, de arte y de cultura.
Busca crear una muy amplia base social para la promoción y ejecución del proyecto a través de la intervención comunitaria; fomentar que el turismo nacional y extranjero vacacione en la zona, vinculado como corredor turístico hasta el Centro Histórico.
Es importante promover que la zona de la Villa de Guadalupe alcance un estatus de Zona Especial de Desarrollo Económico y en un futuro cercano de alcaldía Villa de Guadalupe, como lo fue originalmente antes de 1928.
Ante la necesidad de recursos económicos que se requieren para muchos de los servicios de la Ciudad, tales como la movilidad, agua, educación, infraestructura urbana y seguridad, sería un gran acierto para la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y para el país aprovechar el potencial económico que detona el turismo religioso.
Recuperar el camino de San Juan Diego y lograr un reordenamiento en la zona de la Villa de Guadalupe como un fuerte detonante económico, además de integrar a la comunidad y a las autoridades de la alcaldía en este proyecto, representa un esfuerzo ambicioso y de largo plazo, pero de mucho beneficio y muy redituable para el futuro de nuestra Ciudad.
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