Venezuela en crisis democrática

Si en el pasado se mostró con claridad, desde Hugo Chávez, que el socialismo bolivariano estaba muy lejos de ser una democracia, a pesar de que el presidente de entonces llegó al poder gracias a la democracia, conforme ha pasado el tiempo se ha recrudecido la dictadura totalitaria que pesa sobre el pueblo de Venezuela e hizo crisis en el reciente proceso electoral en ese país.

A pesar de que el pueblo y la oposición estaban confiados en la posibilidad de que se abriera una rendija democrática, desde el inicio fue clara la posición de Nicolás Maduro de impedir una derrota cancelando, entre otras acciones, la candidatura de Corina Machado, que ya había mostrado su liderazgo y a la que vio como una amenaza.

No solo trató de impedir una candidatura fuerte, sino que además amenazó con “ahora en sangre” cualquier triunfo de la oposición, y así lo está haciendo ahora ante las pruebas que ésta ha dado a conocer de la derrota aplastante de Maduro, a pesar de que él, de manera precipitada y sin pruebas, se ha declarado triunfante y proclamado para un tercer periodo de gobierno.

Pero esta vez la oposición se preparó y logró obtener actas de las casillas, incluso de las que están en poder del Consejo Nacional Electoral, con las cuales está exhibiendo a través del ciberespacio. Mientras tanto, las fuerzas gubernamentales ocultaron el resultado, provocaron una caída del sistema y se niegan a transparentar el proceso.

Ante esta evidencia, las presiones internacionales para que se dé a conocer el resultado han ido creciendo. Brasil, Colombia y México han pedido dicha transparencia. Ahora se pide un recuento “voto por voto, casilla por casilla”.

Edmundo González Urrutia, quien finalmente se presentó como candidato a la Presidencia, con el apoyo de Corina Machado, ha sido reconocido como triunfador por Estados Unidos, al tiempo que en la OEA se ha condenado al gobierno de maduro y voces de los países de la Comunidad Europea también reclaman que se respete la democracia.

La respuesta de Maduro ha sido la represión, la violencia en contra de las manifestaciones ciudadanas que han invadido las calles para reclamar el triunfo de la oposición. Lejos de entender que todo tiene un fin, el dictador venezolano ha amenazado con llevar a cárceles de alta seguridad a quienes ponen en duda su triunfo. Y no son cárceles para unos cuantos, son prácticamente campos de concentración masivos como los que utilizara Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

No es posible guardar silencio. Todas las voces sociales, políticas y gubernamentales deben levantarse unánimes para repudiar al gobierno de Nicolás Maduro y sus maniobras antidemocráticas. No es posible que las cosas sigan igual. Ya son más de seis millones los venezolanos que se han tenido que exiliar como consecuencia de la persecución política, el hambre, el desempleo y el autoritarismo gubernamental.

¡Viva Venezuela libre!

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