En la pandemia, el presidente no ha tomado acciones reales y efectivas a favor de la salud, del empleo y de la economía. Todo se ha hecho a favor de su proyecto político y de su grupo.
No se nos puede olvidar que el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó en una de sus conferencias mañaneras que la pandemia le había venido como anillo al dedo. A través de distintos momentos del 2020 se tomaron decisiones que se han interpretado como “oportunidades” en el contexto de la crisis para avanzar en su proyecto. Estas acciones no fueron precisamente en favor de los mexicanos, pues no se tomaron acciones reales y efectivas a favor de la salud, y tampoco se tomaron acciones a favor del empleo y de la economía. Todo se ha hecho a favor de su proyecto político y el de su grupo.
Es desde esa óptica que debemos analizar las decisiones y las acciones gubernamentales. Por lo pronto, como este año hay elecciones, las más grandes de la historia por el número de puestos políticos a nivel federal, estatal y municipal, y el presidente no quiere arriesgarse a perder control.
Por un lado, quien calló al presidente Fox por incidir en el proceso electoral de 2006 y buscó que se realizaran cambios en la legislación electoral para limitar la libertad de expresión no sólo de los funcionarios públicos, sino hasta de los particulares, ahora se queja de que el INE le pida no usar más la mañanera como propaganda política, como ha sido hasta ahora.
Andrés Manuel López Obrador se quejó de que tanto los gobiernos del PRI como los del PAN usaban los programas sociales como un medio de control, condicionando los apoyos a cambio de votos. No le faltaba razón en algunos casos, por eso también se insistió en que la política social no se vinculara a los partidos políticos. La promoción de los mismos concluía con un mensaje a toda velocidad en el cual se advertía al respecto.
Pues bien, la Cuarta Transformación ha roto con esa política y a la vista de todos ha organizado todo un mecanismo oficial que desde el inicio de esta administración ha dado continuidad a los operativos que organizó para promover el voto y llegar a la presidencia. Por eso de una manera descarada a través de los “Servidores de la Nación”. Han estado trabajando para tejer la red que se pondrá en operación para asegurar el triunfo de Morena en las elecciones.
Y si ya estaba previsto el operativo al inicio del sexenio, con la pandemia se han generado nuevas oportunidades de usar a los Siervos como agentes de propaganda y control político, mientras que Morena también usa los programas gubernamentales para hacer propaganda.
La llegada de las vacunas y el inicio del proceso de vacunación contra el COVID-19 es otro anillo al dedo que empieza a colocarse en el operativo de inmunización de la población. Por eso el protocolo se ha modificado para blindar al ejército de los servidores para que puedan tener libre movilidad mientras el resto de la población permanece confinada, incluso los miembros de los partidos políticos, lo cual limita la movilidad de los candidatos si no quieren ponerse en riesgo mientras el rojo prevalece en el escenario.
¿Qué tienen que hacer los Siervos de la Nación en el proceso de vacunación? Un gobierno que ahora en actividades fundamentales del sector público, no ha escatimado recursos para armar el ejército de los Siervos. Según cifras que se han divulgado, en 2019 el sostenimiento de esta estructura costó 3 mil 240 millones de pesos para sostener a cerca de 20 mil integrantes del grupo. Los salarios de los integrantes del grupo son bastante atractivos, junto con el estímulo de estar al servicio del poder, lo cual les otorga ciertos privilegios como el ser de los primeros en ser vacunados y participar en el operativo sin tener justificación alguna, con el incremento del costo de los mismos y reduciendo el número del personal del sistema de salud que debería estar presente, no sólo para vacunar sino para atender las posibles emergencias que pudieran ocurrir en reacciones negativas de los vacunados.
También se ha señalado lo ilógico de iniciar la vacunación en zonas aisladas, generalmente zonas rurales de alta y muy alta marginación, donde los contagios no son numerosos, pero la clientela electoral sí, pues son los más sensibles a la manipulación.
Hay quienes dicen que los Servidores de la Nación son el arma secreta del presidente para ganar la elección. Lo cierto es que no es un arma secreta, sino que está a la vista de todos, pero parece que no hay forma de detenerlos y podrán actuar con toda impunidad, a menos que la sociedad se movilice y los neutralice, pues la autoridad, por obvias razones, no lo hará y quizá el INE no tenga los medios de hacerlo, pues de lo contrario ya habría puesto manos a la acción.
Mientras, el anillo se irá deslizando por el dedo al que está destinado.
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