La cancelación del outsourcing genera nuevas presiones sobre el empleo y la operación de las empresas. Y la forma como se acordó incrementar en 15% los salarios mínimos.
A partir de Luis Echeverría Álvarez y durante los siguientes sexenios en que gobernó el PRI hasta su derrota, México vivió crisis recurrentes resultados de aquellos años, pues aunque con Carlos Salinas de Gortari parecía que, por fin, la estabilidad económica había llegado al país, al haber una “economía prendida con alfileres”, la bomba le estalló a Ernesto Zedillo, quien enderezó el barco pero le costó que su partido perdiera el poder.
El daño económico infringido al país por el “desarrollo compartido” que sucedió al desarrollo estabilizador, fue tan grave y profundo que sus secuelas continúan y son un lastre para que México avance, a pesar de que en un momento de impulso México fue admitido en la OCDE como si ya fuera un país desarrollado. Sin embargo, siempre aparecemos en los últimos lugares en los indicadores de este grupo, en donde nos hemos sostenido con dificultades.
Cuando estamos en estas condiciones y países que a la mitad del siglo pasado estaban más rezagados nos han superado, nubes de tormenta se ciernen sobre el horizonte de México anunciando que caminamos directos hacia una crisis económica. La causa es que el nuevo Gobierno decidió dar marcha atrás al calendario para retornar al sendero por el que caminó Echeverría y nos llevó al borde del abismo.
Las políticas adoptadas por la nueva Administración Federal, provocaron que en 2019 el país permaneciera estancado y si bien no se decretó recesión, estuvimos a un tris de que se iniciara. Sin embargo, rebasado el límite del calendario, las malas noticias continuaron y, para colmo, apareció la crisis del COVID-19, sin que las autoridades implementaran una estrategia económica que paliara la caída del empleo, la producción y, en consecuencia, del Producto Interno Bruto. Como avestruz que no ve el peligro, a pesar de que el primer secretario de Hacienda lo advirtiera, el presidente ha asumido una política de negación, por la supuesta posesión de “otros datos” que nunca ha dado a conocer.
Si no hemos caído ya en la crisis, se debe a que se echó mano a todos los recursos disponibles en los fondos de emergencia, ahora se atraen los recursos de los fideicomisos y se toma dinero de aquí y de allá para tapar hoyos. Si a eso añadimos los problemas de inseguridad y salud, así como el desaliento hacia la inversión por lo que ya surge como inseguridad jurídica después de las decisiones que han dado marcha atrás a inversiones en curso, nos enfrentamos ante un escenario donde la muerte de muchas empresas, o su traslado a la economía informal, también debilitan al Estado, que cada vez podrá disponer de menos recursos, y los que tiene los orienta a sostener la mala operación de PEMEX y la construcción de la planta de Dos Bocas, que literalmente hace agua; la CFE y su insistencia en mantener tecnología obsoleta; la construcción de un aeropuerto que por lo pronto parece que no tendrá demanda, y la construcción del Tren Maya, de futuro deficitario.
Además de lo antes señalado, los cambios del gabinete no auguran una mejora en la operación. Por un lado, la llegada de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía no aporta mayor cosa desde sus inicios, hasta su hermano Manuel se ha mostrado pesimista. No basta con ser hija del gran hombre y empresario que fue Maquío, su padre, para generar confianza en el sector, cuando no cuenta con la preparación y la experiencia macroeconómica y de administración pública que se requiere en el cargo. A menos que cuente con equipo eficiente y conocedor, pronto estará entrampada, para mal del país.
Y qué decir de la nueva tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, militante del marxismo de toda la vida, docente de la materia y promotora de esa ideología, pero sin mayor conocimiento técnico de la economía y el manejo de los recursos que ahora tendrá en sus manos. Si sus principios ideológicos son la guía de sus futuras acciones, estamos perdidos. A ello agreguemos las reformas que están en la Cámara de Diputados y ya aprobadas por el Senado para reformar la Ley del Banco de México, duramente criticada aquí y en el extranjero.
Para concluir, por el momento, el panorama laboral tampoco resulta alentador por el momento. La cancelación del outsourcing genera nuevas presiones sobre el empleo y la operación de las empresas. Y la forma como se acordó incrementar en 15% los salarios mínimos. ¡Quién no quisiera mejorar los ingresos de los trabajadores! Y aunque mucho se ha dicho que en la actualidad los trabajadores que perciben el mínimo, la cifra señalada que afecta la operación de las micro y pequeñas empresas, se convierte en un estímulo para el incremento de los salarios contractuales. El efecto en el incremento de los precios no sería inesperado.
Soy muchas nubes negras al mismo tiempo, y así como los campesinos cuando otean el horizonte y ven nubes amenazantes predicen lluvia o tormenta, así, con estos datos, también podemos prever una crisis económica en México.
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