El mensaje del presidente contrasta con los hechos reales en México, lo cual le resta autoridad moral para ir y dar lecciones a la ONU y emitir regaños.
Después de la Segunda Guerra Mundial se funda la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de luchar por la paz en el mundo. A través del tiempo y particularmente durante la Guerra Fría, la tensión internacional tuvo momento de alto nivel y temor de una guerra nuclear. A fin de evitar la confrontación entre naciones y mantener la seguridad internacional, en la ONU se constituyó un organismo específico cuya responsabilidad es ésa, mantener la paz y la seguridad internacional.
Para el efecto, entre sus funciones está el fomento de las relaciones de amistad entre las naciones, la cooperación para solucionar problemas internacionales y el respeto de los derechos humanos y ser un centro de armonización de los esfuerzos de las naciones.
Las Naciones Unidas consideran que el desarrollo de los pueblos es un tema importante para lograr la paz mundial tanto en el nivel interno de los mismos como en el ámbito internacional. Para trabajar en la materia, cuenta con el Consejo Económico Social, donde se abordan y toman acuerdos en torno a los asuntos económicos, sociales y medioambientales, emitiendo recomendaciones y dándoles seguimiento.
Apunto lo anterior debido a que la presencia del presidente de México en el Consejo de Seguridad manifestó a las claras el desacierto de su mensaje por el lugar y el contenido en que fue pronunciado. Si quería proponer una fórmula de combate a la pobreza en el mundo, debió acudir al Consejo Económico y Social, lugar propio para esas propuestas y con la presencia de un mayor número de naciones. Por eso fue que le tuvieron que aclarar que el Consejo de Seguridad no contaba con las facultades e instrumentos para analizar y resolver acerca de su discurso de fraternidad universal. En todo caso, también podía haber concurrido a una sesión general de la Asamblea de la ONU. Mensajes parecidos se han expresado ahí por los Papas durante su comparecencia en las Naciones Unidas.
Pero, además, el contenido fue equivocado. Ir a proponer programas asistencialistas como los de la actual administración, que ni se han operado bien ni han mostrado una eficacia real para el combate a la pobreza. Ya es sabido que estas políticas lo único que hacen es asegurar la subsistencia de los pobres, mantener la pobreza, crear falsas esperanzas, generar dependencia y control político.
Contrasta su mensaje con los hechos reales en México, lo cual le resta autoridad moral para ir y dar lecciones a la ONU y emitir regaños, cuando el “anillo al dedo” que invocó al inicio de la pandemia sirvió para engañar a la población minimizando la amenaza e ignorar las recomendaciones internacionales para la prevención. ¿Cómo reclama a la ONU el manejo de las vacunas cuando en México las acciones fueron tardías, hay vacunas perdidas y a pesar del mandato judicial de vacunar a menores, la Secretaría de Salud se niega a acatar una orden judicial? Tardíamente ha llamado la atención al sector salud sobre el desabasto de medicinas, cuando olímpicamente ignoró a quienes imploraban por el abasto de medicamentos contra el cáncer infantil y femenino, y hay desabasto en otras vacunas para la infancia.
Afirma haber liberado dinero de la corrupción para la atención de los pobres. ¿De dónde, cuándo y cómo? Su política social se ha fundado en recortes presupuestales a programas y dependencias, eliminación de fideicomisos para hacerse de recursos, gastar los ahorros del fondo para contingencias, entre otras acciones. Resulta evidente que como ya no tiene de dónde tomar, en el nuevo presupuesto, además de dar preferencia a sus mega obras de resultado dudoso, está limitando recursos a otros programas necesarios, como la justicia laboral en beneficio de los trabajadores, cuya implementación está en riesgo de acuerdo con la Suprema Corte. También se niegan los recursos al INE para realizar la consulta sobre revocación del mandato, propuesta por él, a fin de echarle la culpa si las cosas salen mal.
Condena el afán de lucro, la falta de generosidad y la ambición privada, pero al mismo tiempo se lanza en contra de las organizaciones de la sociedad civil cuya naturaleza es y ha sido, precisamente, la de canalizar la generosidad de los particulares y las empresas en ámbitos descuidados o insuficientemente atendidos por el sector público.
Le preocupan los dolores de la humanidad, pero las políticas públicas de la actual administración han incrementado el dolor de los mexicanos al sustituir el Seguro Popular con un Insabi que ha resultado un fracaso.
Y si de seguridad y paz se trata, los abrazos y no balazos han logrado superar el número de muertos en las anteriores administraciones y con creces la del sexenio de Felipe Calderón a quien echa la culpa de todo. El número de localidades bajo el control del crimen organizado y el gobierno permanece acosado es alarmante, en perjuicio de poblaciones enteras que han preferido emigrar para conservar la vida.
El presidente quiso ser farol de la calle, pero logró que la oscuridad de la casa fuera más perceptible. Obras son amores y no buenas razones.
Te puede interesar: La tentación fascista
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com