El polémico Porfirio Muñoz Ledo, expresidente del PRI y zagas político, pero inteligente y capaz, pasó de ser Presidente de la Cámara de Diputados a estorbo apestado en una curul.
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) fundado por Manuel Andrés López Obrador cuando dejó de ser presidente del PRD para seguir luchando por la Presidencia de la República. Para lograrlo, actuó como un imán que atrajo todo lo que pudo de todos los partidos políticos, empezando por su anterior partido, que tenía una unión artificial de diversos grupos conocidos como “tribus”. Cuando la capacidad de triunfo disminuyó, las distintas facciones emigraron atraídas por la posibilidad de victorias en Morena. Sin embargo, la lógica fue la misma que había en el PRD.
Sin embargo, en el movimiento que después obtuvo su registro como partido político, ya no hubo la uniformidad original del PRD, que era la izquierda. Con este partido se había logrado algo que durante mucho tiempo había sido imposible: la unificación de los grupos socialistas de diverso cuño que siempre habían rivalizado entre sí. Sin embargo, Cuauhtémoc Cárdenas lo consiguió al romper con el PRI arrastrando tras de sí a la izquierda de ese partido. Pero, finalmente, López Obrador desplazó a Cuauhtémoc y se inició la fractura de grupos unidos artificialmente.
A pesar del arlequín que fue el PRD, logró organizarse e institucionalizarse como un partido político, eso le permitió tener sus años de vigencia. En cambio, Morena ha sido incapaz de esa organización e institucionalización, por eso, apenas llegó al poder, ya muestra grietas y fisuras producto de divisiones internas que auguran, más pronto que tarde, su fractura.
La causa principal del desgaste de Morena es su fundador y ahora presidente de la República, que lo mismo ha integrado en su equipo a viejos priístas que a panistas u otra clase de advenedizos que han hecho de la sumisión el factor para alcanzar puestos en la administración o candidaturas.
Los problemas de Morena se iniciaron cuando López Obrador dejó la presidencia del Partido en manos de Yeidckol Polevnsky, quien fuera presidente de Canacintra, y que ocasionó constantes confrontaciones y terminó mal en el partido. Por otra parte, la convivencia de personajes Como Manuel Bartlett Díaz, frustrado precandidato a la Presidencia por el PRI, ejecutor de la caída del Sistema que dio el triunfo a Carlos Salinas de Gortari y exgobernador de Puebla, ejemplo de pragmatismo, al lado de personajes como Germán Martínez, expresidente del PAN, o Porfirio Muñoz Ledo junto a Marcelo Ebrard, generan una ensalada insípida y contradictoria que no sólo desgasta al partido, sino al Presidente y la Administración Pública.
El polémico Porfirio Muñoz Ledo, expresidente del PRI y zagas político, pero inteligente y capaz, pasó de ser Presidente de la Cámara de Diputados a estorbo apestado en una curul. Pero lejos de quedarse quietecito, se ha convertido en un dolor de cabeza. Primero no lo dejaron intentar o reelegirse, presentó pleito ante el Tribunal Electoral y les ganó. Cuando sumisamente sus compañeros de bancada votaron a favor de prolongar por dos años más el periodo del Presidente de la Suprema Corte, los puso en ridículo al demostrarles su ignorancia y su abyección, traicionando a la democracia.
Pero así como Muñoz Ledo se inconformó por su marginación e intento de impedirle ser candidato a la reelección, a Mario Delgado lo han acusado numerosos aspirantes a ser candidatos, de arbitrariedad en la imposición de quienes representarán al partido. Y el ejercicio del dedazo logró su máxima exhibición con la designación de Evelyn Salgado como candidata al gobierno de Guerrero, después de que se cancelara la de Félix Salgado Macedonio, su padre.
Por si fuera poco, como suele decirse, la calidad y preparación de los legisladores de Morena ya empezó a mostrar el cobre, como suele decirse. Un ejemplo de ello son las declaraciones de
La crítica de Muñoz Ledo, de la oposición y los juristas, llevó al líder de Morena en la Cámara de Diputados Ignacio Mier, a producir las más vergonzosas declaraciones –siguiendo al presidente, justificando la violación de la Constitución porque la ley es conservadora e impide el avance de la cuarta transformación. De esta manera exhiben que les importa un comino el Estado de Derecho. Y lo curioso es que el presidente y los legisladores han hecho una férrea defensa de una iniciativa de un senador del Partido Verde, con lo que se evidenció una simulación de dónde provino la idea.
Entre las numerosas exhibidas de la ignorancia de los legisladores, la última son las declaraciones de la senadora Margarita Valdez, a propósito de la catástrofe en la Línea 12 de Metro, quien dijo que en México hay gente perversa que en “un descuido van y le mueven a la ballena para que se caiga”, sorprendida de por qué pasan las cosas que no habían pasado antes. Lo malo no es que lo diga esta sindicalista, sino quién la mandó a declarar, en un vano intento de defender la mala ejecución, operación y mantenimiento de la Línea 12 del Metro, en donde están embarrados desde Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Miguel Mancera y Claudia Sheinbaum, todos vinculados al grupo de López Obrador. Y todos se avientan la bolita, pues el primero y la última ya se disputan la futura candidatura a la Presidencia.
Los crujidos de Morena y su futuro derrumbe se escuchan por todos lados.
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