Los humanos nos hemos valido a través de la historia, de símbolos que nos permiten representar ideas, cosas, instituciones, personas, etc.
Los humanos nos hemos valido a través de la historia, de símbolos que nos permiten representar ideas, cosas, instituciones, personas, etc. Uno de estos símbolos es el Escudo Nacional, que junto con la Bandera, representan a la Patria y a la Nación. Nuestros símbolos los esgrimimos con alegría cuando celebramos las fiestas patrias, en ceremonias solemnes, cuando festejamos la victoria, en fin, cuando nos sentimos orgullosos de ser mexicanos. También se utiliza la Bandera Nacional para cubrir el féretro de héroes o personas ilustres que han aportado algún bien a la Patria o han muerto por ella.
Todo lo que está representado en esos símbolos constituye un gran valor para los mexicanos, de ahí que su uso y diseño hayan sido regulados mediante la Ley del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, que según el artículo primero, “son los Símbolos Patrios de los Estados Unidos Mexicanos. La presente Ley es de orden público y regula sus características y difusión, así como el uso del Escudo y de la Bandera, los honores a esta última y la ejecución del Himno.” Compete a la Secretaría de Gobernación la vigilancia para el cumplimiento de la Ley.
Mucho se ha comentado que ahora el Gobierno esté deformando los símbolos patrios, proceso que se inició cuando el actual presidente, después de haber sido derrotado, se proclamó “legítimo”, se hizo una banda presidencial y plasmó en ella, como símbolo patrio, una bandera que no es la autorizada por la Ley, sino la llamada republicana del Siglo XIX. Este símbolo quedó plasmado, posteriormente, como representativo del partido Morena.
Pero ese escudo ha venido a sustituir al escudo nacional en el uniforme de la Guardia Nacional, y ahora, con motivo de las fiestas patrias, el Gobierno de la Ciudad de México lo ha usado como adorno en el Zócalo de la capital del país, sustituyendo una vez más al escudo nacional. Mientras tanto, la Secretaría de Gobernación, encabezada por Olga Sánchez Cordero, permanece cruzada de brazos, no hace cumplir la Ley ni multa a quienes la violan.
Pero no acaba ahí la cosa. En las redes sociales está circulando un video en el que se observa el Escudo Nacional y se le hace estallar en pedazos. Luego, la imagen hace aparecer una serpiente reptante que se arrastra en suelo patrio. A continuación se enfoca al fondo una pirámide, en donde se puede observar en la escalinata a los héroes que la actual administración ha tomado como sus símbolos inspiradores, y en lo más alto aparece el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien de pronto se transforma en águila y remonta el vuelo hasta el nopal donde trepa la serpiente. En el ojo del águila se observa la efigie del presidente de la República. Finalmente el águila se posa sobre el nopal, atrapa a la serpiente y aparece, nuevamente, el escudo nacional.
En el nopal sobre el que se posa el águila en este video, aparecen imágenes de lo que se entiende son los intereses del actual gobierno. Parecería, entonces, que el presidente, encarnado en el águila es, ahora, el representante de la Nación, el protector de los ahí representados y, por tanto, el salvador de la Patria.
¿Quiénes son los autores de este video?, no aparecen los créditos, pero resulta obvio que se les puede localizar en las inmediaciones de Palacio Nacional, en Morena, en los expertos de hacer guiones, novelas, películas y comunicación gráfica, y que están al servicio del Presidente.
¿Acaso la secretaria Olga Sánchez Cordero no ha tenido oportunidad de ver el video? ¿El presidente desconoce su existencia o lo aprueba? ¿Es acaso el símbolo que nos prepara para una dictadura del redentor nacional? ¿Se quiere ver a una persona como la encarnación de la Nación?
La existencia y tolerancia con inacción de todos estos cambios en uno de los símbolos nacionales, no puede menos que resultar sospechoso en un contexto en el que el presidente busca el retorno al presidencialismo del pasado siglo, pero exaltado, a niveles que no llegaron los presidentes que se perpetuaron en el poder: Santana, Juárez y Porfirio Díaz. ¡Andrés Manuel López Obrador, encarnando a la Nación!
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