La sucesión adelantada

Las condiciones de inseguridad pública podrían socavar la popularidad de quien tiene apoyo personal, a pesar de que en las encuestas se revela que su gobierno es ineficiente.



Aún no se llegaba a la mitad del sexenio cuando ya había semi destape, algunos incluidos y otros excluidos. El presidente como destapador empieza a dar por concluido su gobierno, generando el tradicional declive del poder que se produce cuando aparece el heredero o heredera. Al mismo tiempo, el propio mandatario promueve la consulta de remoción del mandato, transformada como ratificación. ¿Cuál es el juego?

Vivimos momentos de desconcierto político. Por un lado, el presidente tiene grandes opositores, y por el otro, su popularidad decae pero sigue contando con la mayoría. Pero esa popularidad no desciende a su partido. ¿Eso augura una futura derrota y por eso hay que apalancar al posible sucesor? Al mismo tiempo hay nubarrones de división interna y deserciones simuladas, como la de Porfirio Muñoz Ledo, quien sin renunciar a Morena, se acerca a Movimiento Ciudadano.

Dante Delgado ha puesto distancia frente a Morena, pero no se acerca a los demás partidos de la oposición, va por la libre y de este modo piensa atraer apoyo de quienes tampoco están con los otros partidos. El partido ha venido ganando posiciones locales y piensa que entre sus filas puede salir un candidato fuerte, aunque todavía no es claro. En las próximas elecciones se sabrá cuál es su potencial.

En tanto que los partidos tradicionales han logrado con su unión algunos avances, su futuro es incierto. Aunque inicialmente parecía ser una alianza que abriría espacios a la sociedad civil, aglutinando a diversas organizaciones, a última hora fueron autorreferenciales y no hubo tal apertura, por lo que hay desencanto y se pierde la confianza en esa alianza.

Ahora surge el Frente Cívico Nacional, están en él políticos desplazados en sus partidos y algunos integrantes de la sociedad civil. Muchos de ellos añoran los cargos y la fuerza que tuvieron en el pasado. Resulta difícil creer que ellos son la opción, aunque afirman buscar un candidato ciudadano, pero sin ser partido tendrían que acudir a alguno o a la alianza de los opositores que tendrían que aceptarlo. ¿Ahora habría apertura? Tanto PAN, PRI y PRD están en crisis. El primero tiene un dirigente autoritario y controlador que es duramente criticado por prestigiados panistas. El segundo carga con un desprestigio que difícilmente encontrará una tercera oportunidad, y el tercero lucha por su supervivencia.

En la sucesión adelantada una cree ser la delantera, pero tiene oposición interna, aunque cuente con el favor presidencial. Los disidentes dicen no ser rupturistas, pero vienen de otros partidos, ¿por qué no mudarse de nuevo? Las lealtades no están al orden del día.

Independientemente de lo que ocurra con la consulta de revocación del mandato, en dos años se requerirá un perfil claro de quiénes disputarán la Presidencia de la República, claridad en los apoyos políticos y ciudadanos, y propuestas creíbles hacia la ciudadanía.

El futuro del país no puede construirse a partir del rechazo del no-proyecto que ahora se aplica desde la Presidencia, aunque su continuidad es incierta. Las condiciones de inseguridad pública, así como en el deterioro de la economía que ya se manifiesta, podrían socavar la popularidad de quien tiene apoyo personal, a pesar de que en las encuestas se revela que su gobierno es ineficiente.

México necesita propuestas claras y de fuerza, capaces de superar el populismo y la cooptación electoral con los programas sociales. Durante el Siglo XX pareció que no habría poder que pudiera sacar al PRI de las presidencias municipales, los gobiernos de los estados y el Congreso, pero ocurrió. Morena quiere ser el nuevo PRI, pero sin algunos de sus antiguos militantes, no tanto por los defectos políticos que les encuentra el Presidente –pues en su equipo de gobierno tiene a destacados corruptos del pasado- sino por el resentimiento personal y la venganza por el trato que le dieron a quien tuvo que hacer varios intentos para llegar a la Presidencia. A ello, ni se les perdona ni se les olvida la deuda que tienen, más aún si se han manifestado como opositores.

Hoy por hoy, la sucesión adelantada ofrece más problemas que soluciones.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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