Para quienes afirman que no hay nada nuevo bajo el sol, el caso de la ministra Yasmín Esquivel los desmiente. Las circunstancias son diversas en la novedad, aunque en su origen es un problema común: el plagio. Se habla de plagio de una obra, cuando alguien se atribuye la autoría de un trabajo realizado por otro. Esto es algo común, no sólo en el caso de las tesis con las que se obtiene un título profesional, sino en novelas, ensayos científicos, canciones, etc.
El plagio se ha incrementado en los últimos tiempos gracias a los repositorios existentes en internet, o por el uso de técnicas de digitalización que permiten copiar un texto y reproducirlo. Quizá en algunos casos con pequeñas variantes, pero, a fin de cuentas, lo hecho o dicho por otro, pero que alguien se apropia indebidamente. Este tema ha llevado a que en la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior A. C., integre entre los elementos para la certificación de las universidades miembros de la misma, cubran el aspecto de la “integridad” como parte de los elementos a garantizar en el trabajo académico.
Por otra parte, se han desarrollado programas accesibles en internet, que permiten verificar si un texto es plagiado y de dónde, con lo cual, por ejemplo, se puede reprobar a un alumno, rechazar una tesis o hasta presentar una denuncia penal. Son cosas de la modernidad.
Quizá gracias a la existencia de los repositorios accesibles por internet y los programas verificadores de plagio, fue posible verificar que la tesis de licenciatura de la Ministra Yasmín Esquivel contenía un alto nivel de semejanza con la de otro universitario que se recibió de abogado con el mismo tema de su trabajo, lo cual la ha convertido en presunta plagiaria.
Este hecho ha adquirido una relevancia novedosa en razón de que en el caso se encuentra involucrada alguien que ocupa un lugar en el máximo tribunal de este país como Ministra. El cargo requiere competencia en el conocimiento de la Constitución y de las leyes que de ella emanan, experiencia y trayectoria profesional probada y, de manera destacada, probidad ética.
Si la tesis fue plagiada, además de ser un acto contrario a la ética y que puede ser denunciado legalmente, podría significar que para la obtención de un título profesional se hizo un fraude, un engaño, y que entonces el título correspondiente no sería legítimo, pero esto se descubre muchos años después de ocurrido el hecho y en la circunstancia de que la Ministra Esquivel pretendía ocupar la Presidencia de la Corte.
La votación para elegir Presidente se llevó a cabo en medio de la polémica desatada por el descubrimiento del supuesto plagio. Y entonces empezó un proceso novedoso que ha planeado toda una problemática a la UNAM, la SEP y la Suprema Corte.
La UNAM ya señaló que existen coincidencias entre las dos tesis que forman parte del caso. Ahora se trata de saber quién copió a quién. También ha quedado en entredicho y suspendida la docente que asesoró las dos tesis. Se ha pedido a la Ministra que presente los alegatos y tesis a que tiene derecho como presunción de inocencia, y en respuesta ella ha recurrido a un amparo para callar, por el momento, lo que al respecto pueda decir el Comité de Ética de la UNAM. Sin embargo, singue en suspenso cuáles serían las consecuencias para quien resulte responsable del plagio.
Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha iniciado un proceso para consultar a sus integrantes acerca del procedimiento que debe seguirse respecto de denuncias que se han presentado en contra de la Ministra Yasmín Esquivel, derivadas fundamentalmente de la idea de que si se incurrió en un falta de ética, la calidad moral de quien hoy ocupa un cargo en la Suprema Corte no la avalaría para el mismo, dadas las características de las consecuencias de una sentencia y el peligro de corrupción respecto a la decisión sobre las mismas.
Como se puede apreciar, éste sí que es todo un caso.
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