Esto muestra que finalmente Morena tiene una infiltrada en el Instituto Nacional Electoral y ya, desde ahora, se vuelve sospechosa la posición que asuma en el futuro.
Hay noticias de gran trascendencia que, sin embargo, pasan prácticamente desapercibidas. Se les dedica un pequeño espacio, pero no se les da seguimiento. Son de esas noticias que se publican en algunas columnas políticas. Podría alegarse que sí se dio la información, pero así como nació, murió. Pudiera ser que sólo sean rumores o noticias falsas, pero tampoco se aclara.
Tal es el caso de la nota incluida en la columna Templo Mayor, que se firma con el seudónimo de Fray Bartolomé, del periódico Reforma, en la cual se da a conocer un hecho grave acerca de la forma como parece que operará la nueva consejera Norma Irene de la Cruz, y que pareciera frustrar los esfuerzos que se hicieron para que en la designación de los nuevos consejeros se asegurara la autonomía de los mismos.
De acuerdo con lo publicado por el diario, se descubrió que la consejera Norma Irene de la Cruz, filtraba información sobre una sesión del INE, al ya famoso John Ackerman, quien fue uno de los encargados de examinar y promover a los candidatos, y quien al final del proceso hizo un tango porque no se había apoyado a una candidata auspiciada por él. Sin embargo, por lo que se ha señalado, finalmente se salió con la suya al menos con una de las consejeras.
De acuerdo con la información, a través de su teléfono abierto, permitía que Ackerman escuchara los términos de la reunión. Pero no solo era una escucha de curiosidad, sino que la información que captaba le servía para dar “línea” a la recién estrenada consejera, acerca de cuál debiera ser su posición y en qué sentido ejercer su voto. Esto muestra que finalmente Morena tiene una infiltrada en el Instituto Nacional Electoral y ya, desde ahora, se vuelve sospechosa la posición que asuma en el futuro.
Resulta lamentable que quien debiera ser una representante ciudadana, autónoma y neutral en su encargo, pareciera que ha decidido asumir el papel de títere de un personaje cercano al presidente de la República, esposo de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, y quien junto su esposa fueron señalados como poseedores de numerosos bienes, cuyo valor fue minimizado en la declaración patrimonial de la funcionaria, además de tratarse de una extraña donación de uno de esos bienes por parte del Gobierno de la Ciudad de México.
Esa conducta de Ackerman habla muy mal de la ética de un abogado que, además, trabaja en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, posición que ha aprovechado para actuar con activista político apoyando a grupos sindicales a nombre de la propia Universidad, sin que esto esté permitido, pero le es tolerado por las autoridades universitarias.
Es una verdadera lástima que cuando empieza a caminar el INE hacia el próximo proceso electoral, ya muestre que cojea y se inclina para favorecer a un partido político. Esto resulta más alarmante cuando se sabe que el presidente Andrés Manuel López Obrador, adverso a los organismos autónomos, ha pretendido desaparecerlos o neutralizarlos para afianzar su poder y control político, como en los viejos tiempos del PRI, donde mamó la leche política desde su juventud.
Será, pues, necesario hacer marcaje personal sobre la consejera Norma Irene de la Cruz y en caso de violación de su responsabilidad, aplicarle las sanciones que sean pertinentes porque al menos ella no goza de fuero, aunque sí de la protección política de Morena.
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