Desde el gobierno de Luis Echeverría, quien bajo el título de “desarrollo compartido” cambió el modelo de desarrollo estabilizador que había vivido el país, se inició un despertar de la sociedad para resistir pacíficamente al gobierno del PRI. Las causas fueron muchas, pero podríamos reducirlas a que se adoptó un modelo socializante, bajo la bandera de ser del tercer mundo. Ese modelo pretendía la estatización de la economía, la ideologización de la niñez en el sistema educativo, el mantenimiento del autoritarismo con recursos de fuerza como el halconazo, la guerra sucia o el impulso a los grupos violentos de la izquierda, la imposición del control natal no solo mediante el uso de la píldora, sino con la esterilización forzada de las madres que daban a luz en el IMSS.
Los primeros choques se produjeron los empresarios, pues además de pretender el control de las Confederación y Cámaras de Comercio e Industria e incrementar los controles económicos, se lanzó contra el sindicato empresarial (COPARMEX) en una reunión con ellos, además de alentar un sindicalismo agresivo de izquierda. Como respuesta nació el Consejo Coordinador Empresarial, el cual asumiría durante ese gobierno y los subsecuentes, una crítica seria, razonada y técnica a la política económica, al menos hasta Carlos Salinas de Gortari. Y aunque oficialmente el CCE se puso de perfil en las reuniones de México en la Libertad, organizadas por CONCANACO y la COPARMEX, que fueron una protesta por la estatización de la banca, su presidente, Manuel J. Clouthier, sí participó.
En el aspecto educativo, tanto el Episcopado Mexicano como la Unión Nacional de Padres de Familia, asumieron una posición crítica y de resistencia respecto del contenido de los libros de texto obligatorios, tanto por su orientación ideológica, las tenencias de su supuesta educación sexual e, incluso, por los errores que contenían. También surgieron agrupaciones entre los educadores como Alianza de Maestros.
Respecto del trato a las mujeres, cuando se iniciaba el impulso a un feminismo radical, surgieron numerosas organizaciones de defensa a ellas y a su maternidad, entre las que se cuentan la Asociación Nacional Cívica Femenina, el Comité Provida, por ejemplo.
Así y durante los siguientes años, empezaron a surgir organizaciones de la sociedad civil que trabajaban en diferentes actividades de la sociedad. Antes de que se reformara la legislación electoral, surgió Desarrollo Humano Integral como asociación civil que luego intento ser agrupación política y se le negó el registro, aunque posteriormente, con la reforma electoral de Jesús Reyes Heroles, se integró la Coordinadora Ciudadana y otras organizaciones más como agrupaciones políticas que empezaron a incidir en la vida política sin ser partidos políticos, aunque en muchos casos aliados con ellos.
Por su parte, la izquierda también se movilizó en aquellos años. Tanto por la vía violenta, como la Liga 23 de Septiembre, como por la electoral, cuando el Partido Comunista, como Partido Socialista Unificado de México, optó por esa vía, en un proceso evolutivo de unificación de la izquierda hasta la constitución del PRD, gracias a una escisión en el PRI.
Pero el hecho concreto se dio a través del despertar social se empezó a rechazar los fraudes electorales, impidiendo triunfos del PRI desde los municipios y estado, apoyando a un PAN transformado, de ser testimonial, en una “brega de eternidad”, a ser competitivo gracias a la incorporación en el mismo de numerosos empresarios de todo el país.
Fue así como en un proceso gradual, bajo la idea de vivir una transición hacia la democracia, se llegó a la alternancia y cambio de fuerzas políticas, primero en la Cámara de Diputados, y luego en la Presidencia de la República. En el 2000 no fue el PAN solo quien ganó la elección, también los Amigos de Fox, numerosas agrupaciones cívicas impulsando el cambio, y hasta el voto útil de la izquierda que entendió que Cuauhtémoc Cárdenas no tenía posibilidades de triunfo. En pocas palabras, fue un movimiento de la sociedad la que despertó y derrotó al PRI que había gobernado al país desde su constitución como PNR con Plutarco Elías Calles.
Desde entonces, la sociedad ha estado más o menos activa, y aunque parecía que había un cierto adormecimiento, el actual gobierno, con su fracaso en prácticamente todos los órdenes, se ha pasado de los “memes” y la crítica estéril, a una movilización ejemplar, ante la pasividad de los partidos políticos, que fueron rebasados, por ejemplo, por la ola rosa de la defensa del INE. Y, finalmente, fue la sociedad civil la que dio el campanazo al lograr que el método de elección del candidato fuera, con más o menos cambios, el propuesto por las organizaciones que han venido participando, independientemente de su objeto, en la oposición práctica a Morena.
La movilización social de la que somos testigos es más visible que la vivida en el año dos mil y que logró la victoria. Todo parece augurar que es así como la sociedad derrotará a Morena.
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