A cincuenta años del levantamiento militar contra Allende

El aparato propagandístico de la izquierda siempre ha sido muy eficiente. Son expertos en deformar la información y cuentan con una amplia red de difusión que permite imponer su visión de la realidad, o más bien su deformación (otros datos) de la realidad, a fin de obtener ventajas políticas.

Uno de sus logros fue imponer una falsa imagen de lo que había ocurrido en Chile a raíz del levantamiento de los militares que derivó en el suicidio de Salvador Allende y la implantación de un gobierno militar. Ciertamente existen muchos grises respecto de lo que ocurrió después de que la junta original de las fuerzas armadas se disolvió para que Augusto Pinochet quedara como único gobernante durante muchos años, hasta que mediante un proceso electoral en el que se aliaron varios partidos políticos, determinó su salida.

Sin embargo, ahora quiero hacer referencia a las causas y el fundamento que tuvieron los militares para acordar quitar del poder al presidente Allende, quien había llegado al poder gracias a su designación por el Senado —no por haber triunfado en las elecciones—, a condición de que respetara la Constitución, a lo cual accedió y posteriormente no cumplió.

Tuve la oportunidad de estar en la sesión del Senado donde fue electo y en su toma de posesión. Chile era, en 1970, un país próspero, sin que ello implique que no había problemas de desarrollo y pobreza. Sin embargo, en muchos aspectos, incluso, tenía normas sociales de avanzada que habían impulsado los gobiernos, particularmente la alianza entre el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Nacional.

La llegada de Allende al poder fue posible gracias a que la alianza de los dos partidos ya señalados se rompió como consecuencia de que la Democracia Cristiana chilena, influida por la teología de la liberación, se cargó a la izquierda y su candidato, Radomiro Tomic, era más de izquierda que el propio Allende. En esas condiciones, el Partido Nacional lanzó como candidato al expresidente Jorge Alessandri. No hubo ganador en el proceso electoral, Allende quedó en primer lugar, pero sin alcanzar la mayoría; Alessandri ocupó el segundo y Tomic, el tercero. Había entonces dos opciones: convocar a una segunda vuelta electoral o que el Senado eligiera al presidente. La mayoría de éste optó por la elección con la condición ya señalada.

Tres años después, en 1973, la situación de Chile sufrió un grave deterioro económico y social. Hubo un levantamiento denominado “el Tanquetazo” el 29 de junio de 1973, motivo por el cual fui enviado nuevamente a ese país a cubrir la información. El movimiento fue sofocado rápidamente y cuando llegué a ese país todo había concluido. Sin embargo, durante varios días permanecí allí e informé sobre la situación que prevalecía: confrontación social; movimientos guerrilleros; escasez de hasta lo más elemental, provocando grandes filas para poder abastecerse; estanterías vacías en las tiendas; alta inflación y mercado negro del dólar a un precio elevadísimo. La inconformidad era tal, que la población clamaba por el golpe de Estado. Las mujeres les arrojaban granos a los militares y les decían gallinas por no actuar para cambiar la situación.

Finalmente, vino la sublevación militar. Sin embargo, más que el clamor social, los militares se apoyaron en un acuerdo de la Cámara de Diputados que hizo un llamado a la responsabilidad del Ejército para que salvara a Chile de la anarquía. En 14 puntos expusieron los elementos del resquebrajamiento que había en el país. Los acuerdos adoptados el 22 de agosto de 1973 fueron:

PRIMERO. Representar al Señor Presidente de la República y a los señores Ministros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República que entrañan los hechos y circunstancias referidos en los considerandos quinto y duodécimo precedentes;

SEGUNDO. Representarles asimismo, que, en razón de sus funciones, del juramento de fidelidad a la Constitución y a las leyes que han prestado y, en el caso de dichos  señores Ministros (los militares), de la naturaleza de las instituciones de que son altos miembros, y cuyo nombre se ha invocado para incorporarlos al Ministerios, les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas (la anarquía del país) que infringen la Constitución  y las Leyes, a fin de encauzar la acción gubernativa por las vías de derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos.

TERCERO. Declara que si así se hiciere, la presencia de dichos Ministros en el Gobierno importaría un servicio valioso a la República. En caso contrario, comportaría gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas u del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo 22 de la Constitución Política y grave deterioro de su prestigio institucional.

Pero no sólo fueron los diputados. También la Corte Suprema declaró que el “presidente acogió las erróneas insinuaciones de sus presuntos colaboradores y asumió plena militancia partidaria en la ofensiva desencadenada contra un poder (el judicial) que, sin desvirtuar su oficio, no puede someterse a las exigencias o deseos de cualquier otro de los Poderes del Estado”.

Se trataba de un intento de sometimiento del libre criterio del Poder Judicial a los intereses políticos del Gobierno, que pretendía interpretaciones forzadas de la Constitución.

Estos elementos fueron los que, finalmente, decidieron a los militares a sublevarse. Como consecuencia del levantamiento, el presidente Allende se suicidó; pero la propaganda marxista de inmediato acusó al Ejército de haber asesinado al gobernante, cosa que se comprobó que no fue así. Por aquellos días también murió Pablo Neruda, quien ya estaba enfermo, y también se acusó a los militares de su muerte.

Lo ocurrido posteriormente, como queda dicho, tuvo aspectos positivos y negativos, estos últimos, sobre todo, en el tema de los derechos humanos y en la corrupción de Pinochet, que se descubrió posteriormente. En los aspectos positivos fue la recuperación económica de Chile y la eliminación, al menos temporal , de la división en el país.

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