Una historia vigente

En los diferentes países hay fechas que se conmemoran año tras año y desde hace muchos años, comúnmente se refieren a hechos o personas que han tenido alguna trascendencia para esa nación, generalmente el llamado día de la independencia o algún otro acontecimiento memorable, hay otros que traspasan las fronteras como puede ser recordar el descubrimiento de América.

Posteriormente se fueron agregando al calendario días para dedicarlos a algo o alguien, y esto se ha incrementado de tal manera que cada día es el día de algo o de alguien, lo cual ha hecho que en cierto sentido pierdan importancia.

Pero hay un acontecimiento que se sigue recordando después de casi dos mil años en un gran número de países del mundo, sin importar las situaciones particulares de cada país o región, y es lo que llamamos la Semana Santa o Semana Mayor y su continuación en la Semana de Pascua, en donde se recuerda lo sucedido a Jesús de Nazaret en sus últimos días y después para los cristianos la resurrección del mismo Jesús, y es que su persona trasciende el mismo ámbito religioso, puesto que de sus enseñanzas y  su vida vinieron a cambiar la historia misma, puesto que el mismo Imperio Romano que dominaba el mundo en aquellos tiempos acabaría por ser cristiano.

Después la historia de Europa se fue tiñendo del sentido cristiano hasta en sus más remotos confines, y así el cristianismo se convirtió en una forma de pensamiento y de forma de vida que llegó hasta la misma política.

Posteriormente llegaría a América por medio de la evangelización esa forma de ser y, se convirtió también en la identidad primero de las colonias y después de los nuevos países independientes.

La educación, las universidades, la asistencia social pasó a ser prácticamente un asunto de la Iglesia, y todo eso se reflejó en lo que hasta hoy es orgullo de ciudades y naciones en bellas e imponentes construcciones, no solamente de templos, sino de escuelas, universidades, hospitales, asilos etc., que aún hoy en día lucen su magnificencia.

Después de la Revolución Francesa vino la época del laicismo, imposición de unos cuantos que con el tiempo se generalizó, y con ello trajo un cambio en el pensamiento de muchos e inclusive hubo un vuelco donde numerosos gobiernos pasaron por etapas de persecución tratando de borrar su pasado religioso, cosa que pese a haber avanzado mucho resultó en un éxito muy relativo porque ha sido imposible desaparecer todo ese testimonio que se mantiene en pie en esas maravillosas construcciones y lo más importante, por un número todavía muy grande de personas religiosas.

En gran parte del mundo creyentes y no creyentes participan de algún modo de la Semana Santa, unos acudiendo al  culto, otros aprovechando para vacacionar, pero para nadie pasan desapercibidas estas fechas, lo que es un testimonio de la importancia histórica de Jesús de Nazaret a nivel mundial que sigue siendo el personaje que más ha influido en la historia de nuestra cultura occidental y, para los cristianos en el mismo destino de cada uno para dar sentido pleno a la existencia, pese a las vicisitudes que todos tienen que enfrentar en el día a día.

Ojalá que el espíritu de paz y de amor que se desprende de esta conmemoración lograra penetrar en las conciencias de todos para mejorar la vida personal, familiar, social y desde luego también cívica, para trabajar por un cambio que nos permita tener un ambiente de seguridad y progreso donde podamos desarrollarnos plenamente.

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