Hay personajes que la publicidad ha hecho muchas veces más grandes de lo que son, y pese a conocerlos no nos inspiran para mover nuestra voluntad a metas mayores, en cambio hay otros que deberían ser más conocidos porque su vida y pensamiento llevan en sí grandes motivaciones porque están basadas en la congruencia y en la verdad. Uno muy destacado poco conocido es el Lic. Anacleto González Flores que fue un laico, abogado y dirigente moral en la lucha por la libertad religiosa y podemos decir de todas las libertades en la época de Obregón y Calles, nacido en Tepatitlán, Jalisco el 13 de julio de 1888 y asesinado en Guadalajara del 1° de abril de 1927.
Durante su niñez vivió pobremente en una familia que vendía rebozos, desde pequeño se distinguía por ser un líder natural en el ambiente de sus amigos, pero no había nada ni por parte de su familia ni de la educación de la escuela oficial que lo proyectaran hacia algo especial.
En 1905 misioneros llegados de Guadalajara impartieron un retiro espiritual, esto removió su conciencia y empezó a meditar sobre que la vida tiene un sentido trascendente y hay que aprovecharla, por lo que empezó a buscar lecturas que lo prepararan mejor, a impartir catecismo, a organizar visitas a los enfermos, con este cambio de vida un sacerdote pensó que debería tener oportunidades de estudiar más y lo becó en el Seminario Auxiliar de San Juan de los Lagos, ahí tuvo la oportunidad en una visita que se organizó para los mejores estudiantes de conocer la Ciudad de México y al presidente Madero y le empezó a interesar también las cuestiones sociales y políticas. Por su gran capacidad intelectual los directores del seminario le ofrecieron que se fuera a estudiar a Roma, él agradeció mucho esa oportunidad, pero ya tenía claro que quería ser licenciado para luchar por la Iglesia y la Patria, así que se marchó para Guadalajara para estudiar abogado mientras que al mismo tiempo impartía clases para su sostenimiento. En la casa de la señora Jerónima donde se hospedaba formó uno de sus primeros grupos llamados “girondinos”.
Se inscribió en la Escuela Libre de derecho y empezó a formar diferentes grupos de jóvenes para estudiar oratoria y todos los temas que darán formación intelectual y espiritual a los asistentes, dando mucha importancia a la formación del carácter, al valor y al sacrificio en el desarrollo de la personalidad de los jóvenes,
Durante el estudio de la carrera los complementó con estudios de filosofía, griego, latín, francés y sociología, y con una gran variedad de lecturas que van desde los clásicos hasta los filósofos contemporáneos a su época incluyendo todas las teorías socialistas en boga.
Sus discípulos y amigos lo describen de la siguiente manera: “Y a la verdad que dio ejemplo de ello, convencido de que el carácter es la base primordial de la personalidad. Como dice un compañero suyo, se había forjado una voluntad tenaz e inconmovible, exenta de volubilidad y extraña al desaliento, superior e indiferente a los obstáculos y a la magnitud de los sacrificios requeridos. La cultivó directa y deliberadamente, imponiéndose una disciplina rigurosa en lo cotidiano y pequeño para contar consigo mismo en los grandes esfuerzos y en las contingencias imprevistas. Elaborando un propósito, no descansaba hasta verlo realizado, la continuidad fue la característica de su acción en todos los órdenes, fecundo en iniciativas, no abandonaba jamás la tarea comenzada sino la proseguía hasta el fin”.
Otro de sus amigos nos dice: No recordamos en el Maestro el menor desfallecimiento, ni la menor desviación, era una consumada realización de sus ideas y proyectos. En esta alianza indisoluble de la fe y la vida, de la doctrina que pregonaba y la conducta que seguía, reside la principal razón de su influencia sobre los demás. Personalidad rotunda, elevada, avasalladora. […]. Miles de alumnos lo seguíamos para escucharlo, confirma otro de sus admiradores, porque hablaba con autoridad y sus palabras fluían como un torrente proclamando el derecho y la verdad. Jamás retrocedió ante las hogueras, ante las cruces, ante todo el aparato de ferocidad conque en esos tiempos se nos amenazaba, ni lo tentó la codicia cuando con dinero y halagos intentaron seducirlo,
Por 1916 llegó a Guadalajara la ACJM que es la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, la cual sería dirigida por Anacleto, como hombre de gran fe participaba diariamente de la Eucaristía y dedicaba dentro de sus múltiples actividades tiempo a la oración.
Fundó un semanario llamado “La Palabra” para defender la posición de los católicos frente a las normas anticlericales de la Constitución de 1917. En el año de 1918 el estado de Jalisco promulgó unos decretos que impedían en la práctica el funcionamiento de la Iglesia y la libertad de los fieles, además de que los templos habían sido saqueados desapareciendo los artículos de valor, las escuelas católicas y los seminarios cerrados, la catedral convertida en cuartel, es entonces cuando entra en acción y pone en pie de lucha a prácticamente toda la población, en lo que sería una reacción pacífica pero enérgica, sobre todo se organizó un boicot en el que participó casi toda la población, también se organizó una magna manifestación en la cual Anacleto fue el orador principal, con esto y otras acciones se dio el caso inesperado en que las autoridades presionadas por una población en acción obligó al Congreso del estado a derogar ese decreto, confirmando las enseñanzas de Anacleto de que se puede actuar eficazmente sin violencia cuando todo el pueblo se une y actúa.
Seguiremos la semana próxima con la narración de este casi desconocido pasaje de nuestra historia.
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