Sucedió un primero de abril

El 1° de abril de 1927 Anacleto González Flores y sus compañeros y amigos los hermanos Jorge y Ramón Vargas serían tomados prisioneros en la casa de los Vargas donde se hospedaba Anacleto, y Luis Padilla su secretario sería también arrestado y después de ser martirizados y de una farsa de juicio asesinados por un pelotón de fusilamiento.

Creo que en estos tiempos donde la libertad se encuentra en peligro es muy conveniente recordar a un personaje como Anacleto González Flores nacido de una familia muy humilde en Tepatitlán Jalisco, dotado de muchas virtudes naturales que se reflejarían después en un gran liderazgo popular, reforzadas por una voluntad de hierro y una fe extraordinaria es el ejemplo de un ciudadano comprometido que ve en la sociedad el potencial para enfrentar una tiranía.

Después de estudiar derecho y aplicarlo en beneficio de muchos que no tenían acceso a la justicia formó varios grupos principalmente de jóvenes que se entusiasmaron con sus ideas, y después extendió esta participación a la población en general formando una agrupación que se llamó la Unión Popular y llegó a agrupar más de cien mil miembros, cantidad muy notable en esa época, pero lo más importante fue el compromiso que logró entre ellos de tal manera que mediante acciones pacíficas como boicots y manifestaciones lograron que el congreso de Jalisco revirtiera un decreto que atacaba la libertad religiosa, recordemos que por esa época se desató también una persecución contra la libertad religiosa esencial en ese tiempo para la mayoría de los mexicanos por parte del presidente Calles, y Anacleto pensaba que extendiendo ese compromiso a la ciudadanía a nivel nacional el gobierno tendría que ceder sin necesidad de disparar ni una bala.

Desgraciadamente la paciencia del pueblo era menor que la de Anacleto y se inició la defensa armada que iniciaría la Guerra Cristera, y Anacleto como el líder popular que era se vio en la necesidad de apoyar el movimiento armado sin que el pretendiera tomar un arma.

En estos momentos en que una candidata esencialmente ciudadana tiene que enfrentar una elección de estado nos viene muy bien ya sea recordar o conocer que si es posible que se genere un gran movimiento ciudadano, que desde luego no proponemos derive en un movimiento violento, y que con una ciudadanía verdaderamente comprometida puede ejercer una gran presión sobre el poder para que se respete el resultado de las elecciones en caso de que gane Xóchitl.

En el tiempo de Anacleto fue notable que se generó un gran compromiso tanto en el campo como en la ciudad entre jóvenes, pero también adultos incluyendo muchas mujeres, y si eso fue posible sin los medios de comunicación de los que disponemos hoy en día, con más razón todos podemos contribuir a entusiasmar a muchos a participar en una gran acción ciudadana donde el compromiso sea multitudinario y muy responsable.

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