Propongo es que los católicos laicos tomemos también nuestra responsabilidad y actuemos en varios frentes.
- Llegó una nota donde se decía que miles de argentinos abandonarán la iglesia por su oposición al aborto, lo que podría hacer que muchos se pregunten si no sería tiempo para hacer un cambio radical y que fuera la Iglesia una institución que encabezara lo que muchos llaman ideas de vanguardia, y que podrían ser entre otras aceptar el aborto, la ideología de género y otras tantas que se nos plantean como de liberación y maduración de una sociedad acorde al desarrollo científico y tecnológico de nuestro siglo.
- Eso suena muy interesante cuando se desconoce la esencia de la institución y se piensa que simplemente es una organización social que se pudiera equiparar según la óptica de cada quién a un partido político, a una ONG, a una sociedad cultural o como algunas personas o grupos políticos piensan, una organización que mantiene a las personas en el fanatismo y en la ignorancia para sus propios fines.
- Pero resulta que la Iglesia es la única institución que ha podido subsistir por más de dos mil años viendo caer a reyes, imperios, y tiranías, superando cambios tan importantes como los que sucedieron al pasar de la Edad Media a Renacimiento y después de las grandes revoluciones a este mundo de la llamada globalización, lo que desde el punto de vista simplista no es fácil de explicar.
Y es que los críticos debería empezar por analizar un poco su origen y estar conscientes que su fundador Jesús murió precisamente por haber enfrentado a las formas pensamiento de su tiempo , a su sociedad y a sus autoridades.
Tiempo seguido, sus seguidores los apóstoles enfrentaron lo mismo y tuvieron la misma suerte.
Es decir, la iglesia no es una organización democrática y que sea libre de proponer una ideología de acuerdo a las ideas en boga que le acarreen simpatía , como si fuera un partido político, o una organización comercial que debe dar gusto a sus clientes para ganar mercado.
La Iglesia tiene como finalidad transmitir los pensamientos de Jesús hasta el fin de los tiempos, y es además para los creyentes un medio de salvación.
Pero lo que está sucediendo tiene muchos ángulos para analizar, pero detengámonos en solo dos.
El primero reitera lo ya dicho, y es un punto muy a favor de la Iglesia: pese a las presiones, amenazas, críticas y abandonos porque significa que la Iglesia está siendo fiel a su fundador manteniendo su firme posición de defender la vida, y los principios que Dios ha puesto en la esencia humana.
El lado preocupante es que está fallando en la manera de transmitir esto a sus miembros que son todos los bautizados y con más razón en atraer nuevos seguidores de la palabra de Jesús, y aquí es dónde hay también una enorme responsabilidad de los laicos que no hemos tampoco sabido transmitir ese cocimiento y amor a las nuevas generaciones, y peor aún hemos sido muchas veces cómplices activos o pasivos de la descristianización de nuestra sociedad.
- Bajo esta perspectiva podríamos decir que no hay que proponer llevar a la Iglesia a la vanguardia porque ya está ahí ahí, a la vanguardia de los principios cristianos y humanistas verdaderos que son los que pueden dar plenitud a las personas y justicia a la sociedad.
La reflexión final que propongo es que los católicos laicos tomemos también nuestra responsabilidad y actuemos en varios frentes, transmitiendo la fe en nuestra familia y medios sociales, y actuando también como ciudadanos responsables defendiendo nuestras ideas no con confrontaciones inútiles, sino con razonamientos claros y decididos.
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