Patria, lealtad o traición

La lealtad a la patria no se concreta con ir a votar, se requiere una actitud más clara tanto de expresión de opinión como de participación cívica y de trabajo arduo y profesional en todos los campos y actividades.



Patria es un concepto que todos conocemos y se puede decir sentimos sin tal vez habernos detenido mucho en su significado. Según el diccionario significa: “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”.

El término lo asociamos muchas veces con “nación”, y hablamos de patriotismo y nacionalismo como una virtud que se entiende como orgullo de pertenecer a un cierto país y trabajar por su progreso en todos los órdenes.

El término sin embargo es también frecuentemente utilizado por gobiernos y grupos políticos de forma sesgada para fines no siempre enfocados al bien común, sino a intereses políticos.

En México estos términos han sido muy manipulados por los gobiernos que surgieron del grupo vencedor de la Revolución Mexicana y que por medio de la educación y la propaganda difundieron una historia muy acomodada a la ideología revolucionaria que toma como punto de referencia a la Constitución de 1917, a la que concede un valor casi religioso, una Biblia laica supuestamente inspirada en las aspiraciones del pueblo y por lo tanto infalible, a la que sin embargo han hecho innumerables cambios a conveniencia de los gobiernos en turno.

El concepto de patria revolucionaria que básicamente aún los gobiernos del PAN mantuvieron carece de muchos conceptos fundamentales para entender nuestra esencia y tergiversa muchos otros.

El tema de moda, de esos que de un día a otro surgen por las mañanas, es el de llamar traidores a la patria a un grupo de congresistas que simplemente ejerciendo sus derechos y deberes y votaron según lo consideraron correcto en contra de una propuesta de reforma constitucional, algo absurdo y al mismo tiempo muy preocupante porque es una muestra inequívoca de que no se está respetando la democracia.

Pero si nos ponemos a elucubrar sobre ese concepto de traición a la patria tantas veces manipulado, tal vez podríamos decir que la forma de cómo nos han elaborado ese sentido de patria a través de la propaganda y de la forma de presentarnos la historia en los programas oficiales, tal vez esa sería la primera gran traición, porque introduce elementos mitológicos muy manipulados como la idea de que los aztecas son como nuestros ancestros sin considerar que había muchos otros pueblos y culturas no sólo no afines a los aztecas, sino enemigos o sometidos por la fuerza.

Presenta una imagen sesgada del panorama de la conquista, vertiendo un odio desmedido sobre Hernán Cortés sin hacer un análisis históricamente serio, ignora la gran labor misionera y sobre todo que la construcción de lo que conocemos como México se realizó durante el período colonial, pues el mundo prehistórico era una concepción que nada tiene que ver con el México nación.

Otro tema clave es que la independencia no la hizo Hidalgo sino Iturbide, y después también Juárez tuvo mucho apoyo de los Estados Unidos e introdujo el liberalismo, ambos conceptos que tanto odia el presente régimen, y luego la sagrada Revolución que más que un movimiento espontáneo del pueblo fue una guerra de caudillos en la que se mataron unos a otros, una historia de traiciones muy lamentables.

Tampoco se puede decir que los ciudadanos estemos libres de toda culpa, pues nuestra falta de participación es histórica y tal vez en los últimos tiempos hemos empezado a manifestar nuestra voluntad en forma más activa, pero todavía nos falta mucho, porque la lealtad a la patria no se concreta con ir a votar, se requiere una actitud más clara tanto de expresión de opinión como de participación cívica y de trabajo arduo y profesional en todos los campos y actividades, incluyendo de forma muy importante por ejemplo actuar en la familia, donde se debe trabajar en la formación de personas íntegras y plenas, donde se inculquen valores como el respeto a la vida, el valor del esfuerzo y aún del sacrificio, de la justicia y también de la generosidad, de la lucha por los derechos siempre y cuando primero se cumpla con los deberes. Creo yo que esto es demostrar lealtad a la patria, las traiciones pueden ser muchas, pero desde luego no es una traición expresar libremente el pensamiento, aunque vaya en contra del poderoso.

Trabajemos como persona y como sociedad en esta forma práctica de lealtad a la patria con la satisfacción de cumplir con nuestro deber en todos los campos que nos corresponden, lo que también implica exigir a aquellos que estén en posiciones públicas y de poder que cumplan con su deber de trabajar por el bien común y no estar promoviendo campañas contra la libertad y que ya están fuera de época, pero pueden causar mucho daño.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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