Muchos nos hemos imaginado alguna vez que el cristianismo llegaba solamente por la presencia misionera de los apóstoles y sus enviados, pero en la práctica no era necesariamente así. En Antioquía el conocimiento de esta nueva doctrina que para muchos era simplemente una opción diferente de judaísmo llegó originalmente por medio de cristianos que habían tenido que huir de Jerusalén y por conveniencia o necesidad se instalaron en Antioquia, así simplemente compartiendo su nueva forma de vivir y pensar fueron atrayendo a personas y familias que querían integrarse a esta forma de vivir mucho más afable que el judaísmo tradicional.
Eran de familias judías la mayoría de los primeros cristianos, aunque empezaba a transmitirse la enseñanza a personas de otras razas y regiones, que en ocasiones no eran bien vistos por los más tradicionalistas, y el mismo Pedro se encontraba entre dos fuegos, ya que unos lo acusaban de querer seguir con la división de judíos y paganos y otros le reprochaban que se acercaba demasiado a los nuevos cristianos de origen no judío.
Con la finalidad de profundizar en la fe y coordinar a estas nuevas comunidades los apóstoles decidieron enviar a Bernabé, hombre afable y muy religioso, de una personalidad que sabía adaptarse muy bien a las diferentes circunstancias,
Bernabé encontró a una comunidad muy alegre y activa, donde se veían florecer muchos de los dones de Espíritu Santo, por lo cual no le fue difícil integrase y al mismo tiempo enseñar más sobre la palabra y atraer a más personas en el seguimiento de Jesús, sin embargo se mantenía la controversia sobre la vigencia de la ley Mosaica, ya que a fin de cuentas este tema no había sido tratado por Jesús con toda claridad y Él mismo la cumplía en su esencia, y no siendo Bernabé un hombre destinado a la polémica, inspirado seguramente por el Espíritu Santo decidió que la persona más apta para orientar a la comunidad era su amigo Pablo que se encontraba retirado trabajando en su taller.
Estaba Pablo ocupado en su trabajo y en sus pensamientos cuando apareció frente a sus ojos la amble figura de su amigo Bernabé, seguramente pasaron horas deliciosas platicando de varios temas hasta que el enviado de los apóstoles le dijo a su amigo que Cristo lo necesitaba en Antioquía. Saulo vio en esta invitación la señal que había estado esperando sobre cuál debería ser su el rumbo que debería tomar su vida en el corto plazo, así que no debe haberle tomado mucho tiempo la decisión de partir al lado de su amigo, así ambos disfrutaron del camino admirando los paisajes naturales y los campos sembrados de diferentes plantas.
La labor de Pablo y Bernabé fue magnífica, sobre todo entre la gente sencilla y los esclavos, ya que era muy difícil que alguien se ocupara de ellos, en cambio cuando el mismo hijo de Dios había vivido en una forma sencilla y había aceptado la muerte de Cruz, se identificaba con toda aquella gente a la que los poderosos despreciaban.
No se sabe como, pero de alguna manera la Iglesia se fue independizando casi sin sentirlo del viejo judaísmo, una especie de helenización donde había cambios importantes entre muchos quienes antes sólo sabían que había cosas permitidas y muchas prohibidas, que los alejaban de todos los que no eran judíos. Y un hecho clave que sucedió, sin saber exactamente de donde vino fue que en Antioquía donde se empezó a llamar a esta comunidad cristianos, por la población en general, ya que los judíos los siguieron llamado nazarenos.
Tal vez este tiempo haya sido uno de los más felices en la vida de San Pablo, por la sencillez en la que esta comunidad crecía en el amor a Jesús y se profundizaba en el enorme significado de que Jesús era Cristo, el ungido, y se separaba del arameo para que el griego fuera el nuevo idioma con que el cristianismo se harían universal.
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