Pablo el caminante eterno, capítulo XXXVII. El sábado contra el domingo

Cuando todo parecía sonreír en Corinto y Pablo gozaba de sus nuevas amistades, se inició como ya había sucedido en otros lugares, un movimiento de judíos que se enfrentaría a Pablo acusándolo de estar atacando la sana doctrina para predicar la locura de un Dios crucificado, que era un escándalo para los judíos, así un día la predicación de Pablo fue interrumpida por una serie de gritos que lo acusaban de traición, Pablo se dio cuenta entonces de lo difícil que sería que los judíos en masa se convirtieran y aceptaran a Jesús como el mesías, así que indignado sacudió el polvo de sus vestiduras en señal de protesta y les advirtió que en vista de la dureza de sus corazones, ahora la palabra les sería dirigida a los paganos.



Así el domingo se iría imponiendo sobre el sábado como el día dedicado al señor. En Corinto se formaría la primera comunidad pagano-cristiana, algunos judíos se integrarían a esta nueva comunidad siguiendo a Pablo desde ese momento y otros la harían después.

 

No hay una gran información sobre las primeras celebraciones de los domingos, pero se sabe que en Corinto había una celebración al amanecer donde se entonaban cantos dirigidos s la divinidad de Cristo y se hacía una reflexión sobre la moral cristiana.

 

La otra reunión del domingo se hacía ya entrando la noche en donde se tenía el ágape, que, aunque no se conocen perfectamente los detalles se dice que era una comida donde se reunían sin distinción los importantes con los mismos esclavos en una muestra de fraternidad, y aun asistían los que todavía no estaban bautizados pero querían seguir al Señor.

 

Para el banquete eucarístico se quedaban solamente los bautizados, para lo que se trasladaban al piso superior, entonces como lo hacemos todavía hasta el día de hoy se alababa y daba gracias a Dios, y después en forma muy solemne se pronunciaban las palabras que Jesús había dicho sobre su cuerpo y su sangre, y de uno en uno iban pasando a recibir un trozo del pan consagrado y a beber un poco del vino del cáliz, para darse después un abrazo de paz, y terminaban con un clamor esperando la segunda venida de Jesús.

 

Pablo iba introduciendo a sus oyentes en las verdades de la doctrina, en los mandatos morales y hablando con entusiasmo de la muerte de Cristo, a la cual no separaba de la resurrección para que sus oyentes tuvieran una visión completa de por que había que estar seguros de que Jesús era el Mesías, y la salvación provenía de él.

 

Las reuniones de Corinto pronto se fueron llenando de una gran fuerza, porque se percibía la acción del espíritu Santo, que les imprimía su fuego que se reflejaba en diferentes formas, como la manifestación de hablar en lenguas, hacer milagros, y empezar a crecer por las muchas conversiones que se empezaban a realizar.

 

El hombre antiguo tenía un gran sentido musical, y esto se fue reflejando en las reuniones cristianas, donde la música tenía un papel muy importante, y la formación de coros integraba mucho a la comunidad donde unos recitaban una parte y otros respondían con el coro.

 

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