Gracias a la democracia han llegado al poder muchos dictadores, muchos malos gobiernos, muchas situaciones de corrupción y de injusticia.
La palabra y el concepto de democracia es un término tan manipulado por los políticos y hasta por la población en general que por un lado se idealiza y por otro en la práctica resulta muchas veces un fracaso, aunque durante el proceso de su aplicación se sigan las reglas vigentes y establecidas.
La idea de la democracia es al menos en teoría en la actualidad la mejor forma de sistema político y, entre otras cosas, se dice que fomenta el pluralismo, que permite la competencia político-electoral, que se celebren elecciones auténticas, que se respete el principio de mayoría, que se respeten los derechos humanos, la libertad de expresión y la igualdad de oportunidades. Asimismo, busca ser un sistema justo y velar por el bienestar general de la sociedad.
Sin embargo, nos encontramos que del dicho al hecho hay muchas diferencias, y por la democracia han llegado al poder muchos dictadores, muchos malos gobiernos, muchas situaciones de corrupción y de injusticia, y hoy nosotros mismos estamos viviendo un escenario crítico provocado por un gobierno que indudablemente llegó al poder en forma democrática.
Luego interesa hacer un análisis sobre los principios básicos que rigen los conceptos democráticos y, ver la posibilidad de trabajar sobre ellos para que la democracia incremente su grado de efectividad y, sea lo que pretende ser; una forma exitosa de sistema de gobierno.
Una de las bases fundamentales del sistema democrático es el principio de la igualdad y el del número de participantes en las elecciones, y se ha perdido el concepto de calidad de los candidatos, así como de la responsabilidad de los electores de votar con conocimiento de las características personales del candidato, de sus antecedentes y de sus propuestas.
Habría que empezar por revisar quienes tienen el derecho a ser elegidos para un puesto de responsabilidad tan importante como lo es el de legislar para el bien de toda una nación, porque el concepto de igualdad aplicado sin considerar ningún mérito ni capacidades es lo que nos ha llevado a tener congresos al servicio de los intereses de quienes ostentan el poder o de grupos particulares y no del bien común de los ciudadanos. Ya decía Anacleto González Flores que: “Porque sí para hacer un clavo que irá a ensamblar el oscuro maderamen de una puerta, es necesario ir a magullarse las manos algunos meses y hacer un aprendizaje más o menos largo; para penetrar al santuario donde se hacen y se dictan las leyes basta haber seducido a varios centenares de electores y este oficio supera sin medida en ventajas pecuniarias y políticas al oficio de herrero… y son muchos los que viven en espera de que llegue el instante de salir de entre el polvo de su cabaña y de la miseria inmensa de su propia nada, para subir en hombros de la democracia sin más esfuerzo que un pacto con algún político o un arranque de audacia y de cinismo”. Por lo tanto, sería muy importante revisar las condiciones bajo las cuales se puede aspirar a un puesto de elección popular y contar con los conocimientos necesarios para cumplir esa función como la que se requiere para acceder a cualquier otro trabajo.
Por otro lado, y no es tarea menor trabajar por tener una ciudadanía formada no solamente en cuanto elementos técnicos, culturales o económicos, sino lo más importante educada en valores humanos que le permita a la hora de elegir distinguir entre quienes aspiran a los puestos de elección popular por intereses solamente personales, o de poder, o de grupos, y entre los que en verdad tienen un auténtico interés en trabajar por el mejoramiento de la sociedad, esto sería lo que en verdad haría que tuviéramos gobiernos que sin ser perfectos, nos llevaran a tener un país con oportunidades de desarrollo generando un ambiente de seguridad y de tranquilidad por tener leyes justas y quienes la sepan aplicar, mientras no tengamos una sociedad responsable, cambiaremos gobiernos , cambiaremos partidos y, seguiremos a veces un poco mejor, a veces un poco peor, pero no despegaremos para ser un país de primer nivel.
Es muy importante trabajar en dos sentidos, en el corto y en el largo plazo, es decir, trabajar para lograr un cambio del rumbo hacia el que estamos marchando y que nos está conduciendo al precipicio, tomando acciones ciudadanas que manifiesten que no queremos seguir por una dirección de destrucción de las instituciones que de alguna manera estaban ayudando a tener mejores opciones, pese a la corrupción y otros vicios con los cuales tampoco estábamos de acuerdo, y trabajar en el largo ´plazo a nivel personal, familiar y social, para que recordemos que solamente una sociedad basada en principios como la honradez, la justicia, la lealtad, el orden, la generosidad, la prudencia, el trabajo, la fortaleza, el auténtico sentido de solidaridad, la fe y para muchos también el sentido religioso y de trascendencia de la vida nos darán bases sólidas para tener una sociedad no sujeta al vaivén de las modas pasajeras o de los intereses perversos.
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