El sistema educativo en México se ha encargado de implementar falsas ideas de lo que fue el México prehispánico y la conquista española.
El monopolio educativo del Estado, que teóricamente es para llevar educación a todos, tiene una parte oculta que se ha manejado muy hábilmente por los gobernantes, y que es la utilización de la educación para uniformizar el pensamiento de los ciudadanos bajo un enfoque que convenga a los gobernantes en turno.
La historia como materia es una de las herramientas más útiles para conducir el pensamiento de una sociedad, y en nuestro caso el enfoque que se le ha dado ha sido muy negativo para nuestra idea de nación y la forma de presentar los hechos históricos no han llevado a conceptos de nación muy equivocados, y con resultados muy negativos para el desarrollo del país en muchos aspectos sociales, económicos y hasta de unidad nacional.
Y esto se repite cíclicamente a conveniencia del gobierno en turno, y ahora estamos viviendo un nuevo capítulo de la misma narración mítica de nuestra historia.
El planteamiento resumido en forma muy simple es; que existía un maravilloso México prehispánico, donde todo era felicidad, armonía y una gran cultura, hasta que llegaron unos malvados llamados españoles y destruyeron todo eso de una forma salvaje, a lo que se llamó la conquista, y desde entonces hemos crecido con un complejo de conquistados y por eso no hemos podido salir adelante, por ese supuesto genocidio que sucedió hace 500 años.
Para empezar, habría que decir que es un hecho que no existió nunca un México prehispánico, porque era un territorio habitado por muchos pueblos que no tenían ninguna unidad ni política, ni lingüística, ni religiosa; es más, había muchas rivalidades entre ellos, y un imperio predominante; el azteca, que era temido y odiado por la gran mayoría de los otros pueblos. Por lo tanto, lo que no existía no pudo nuca ser conquistado
El segundo punto para considerar es que como todo lo humano había luces y sombras en estas culturas y deferencias muy abismales entre ellas, los testimonios de las grandes ciudades nos hablan de cultura, pero el hecho de que muchos templos fueran utilizados para sangrientos sacrificios humanos, aunque fueran por cuestiones religiosas nos hablan de muchas sombras. Además de que algunas de las culturas más brillantes como la Tolteca habían desaparecido o la maya se encontraba en total decadencia a la llegada de los españoles.
Nunca una conquista ha sido pacífica, así lo demuestra la historia del mundo incluyendo las guerras de los aztecas en contra sus conquistados; y las de los mismos mayas en sus guerras intestinas, luego la guerra de los españoles contra los aztecas y otros pueblos no es nada excepcional en cuanto la violencia de esta.
Cortés era un capitán inteligente y de cualidades extraordinarias para la guerra y por ello sus victorias sus victorias, además de inteligente, y con la ayuda de Malintzin, otra de las víctimas de esta absurda visión histórica porque nunca traicionó a nadie, porque ella no era de origen azteca, que orientó mucho a Cortés sobre con quienes podía contra para enfrentar al imperio más poderoso de América. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que sin sus aliados indígenas Cortés no le hubiera hecho ni cosquillas al gran imperio, por lo que, bajo su dirección, pero por el número enorme de tropas aliadas se pudo vencer al imperio que hasta ese momento era invencible, o sea que en todo caso la conquista de ese supuesto México fue hecha por otros pueblos indígenas.
Pero también hay que destacar que en la formación del México que conocemos la introducción de la lengua, la cultura y la religión traída por los españoles fue esencial para la formación de nuestra actual nación que tardó varios siglos antes de consolidarse.
La labor extraordinaria de los misioneros, que cambiaron en los indígenas el sentido de una religión donde ellos tenían que sacrificarse por los dioses, a otra donde Dios se sacrificaba por la salvación de los hombres les dio otro concepto de la existencia, además de que una gran mayoría de ellos se dedicó no solamente a trasmitirles el Evangelio, sino a defenderlos de los abusos de algunos de los conquistadores y, a llevarles también muchos conocimientos de orden práctico para mejorar su nivel de vida que era muy pobre.
Así que podríamos decir que ya basta de educarnos como conquistados, que en términos modernos podíamos decir de perdedores; al contrario, debemos sentirnos orgulloso de venir de dos mundos muy atrayentes, que nos legaron muchas tradiciones y enseñanzas valiosas, y que en nuestra estructura mental debemos sumar y no enfrentar, y utilizar esta nueva mentalidad positiva en buscar soluciones y planteamientos que nos lleven a ser un país no solo de esperanzas, sino de realidades que se reflejen en justicia, oportunidades, seguridad, y ciudadanos virtuosos, que no sólo piensen en su bienestar personal, sino en ayudar con su trabajo a un bienestar general y que se preste a generar personas plenas en todos los aspectos humanos.
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