El despertar de cada uno por la mañana es diferente, algunos se despiertan como si no hubiesen descansado y preferirían seguir durmiendo, otros se despiertan pensando en sus actividades para ese día, otros más sintiéndose afectados por alguna enfermedad, mientras que otros en perfecto estado de salud tal vez sin darle toda la importancia que esto tiene, no faltan los que ese día esperan un gran acontecimiento y saltan de la cama esperando que llegue la hora del mismo, y otros por el contrario temerosos de que llegue ese momento en que tendrán que afrontar algún problema o reto, y no faltan tampoco los que están conscientes de que ese despertar les recuerda que están vivos y que ese es el mayor de los dones que pueden tener, y si son personas de fe agradecen a Dios esa oportunidad de vivir un día más.
Todos por las mañanas experimentamos esa experiencia de despertarnos, y dependiendo del programa de ese día lo asumimos de una manera diferente, pero lo que es un hecho es que esa manifestación de que estamos vivos no siempre nos conduce a reflexionar sobre lo que significa esta condición y lo que significa la vida misma y simplemente nos sumergimos en el activismo que nos impone la vida moderna y su multitud de actividades y responsabilidades y de cierta manera como si la vida fuera una rutina permanente y no tuviera una finalidad.
Muchas personas acostumbran escuchar las noticias de la mañana ya sea en su casa o mientras se dirigen al trabajo, y desafortunadamente se ha convertido en una sección cotidiana la información acerca de las víctimas por asesinatos en nuestro país, que son de un número elevado y para algunos señal de alarma e indignación, tal vez otros lo ven como algo muy lejano y para ellos es tan solo una estadística, sin embargo, cada caso significa con toda seguridad que hay ahí una familia que sufre por una pérdida irreparable, y me parece que es importante que no perdamos la sensibilidad ante este lamentable hecho, y si bien sabemos que siempre han existido quienes no respetan la vida de otros, hoy parece increíble que no se vea una acción realmente eficiente por parte de las autoridades, para dentro de lo posible contener el avance de los crímenes, y más bien la indiferencia es la característica del presente gobierno y además se nos amenaza con que si gana la candidata oficial seguirán con la misma política.
Una cosa es el despertar físico de cada día, y otra cosa el despertar de una ciudadanía que todavía en muchos casos parece que siguen dormidos y no se han percatado de la situación en la que se encuentra el país, por eso urge que se dé un despertar cívico y social, al que ya se están uniendo muchos ciudadanos, pero se requiere que lo hagan muchos más para lograr un cambio en las próximas elecciones que serán una prueba a la lucha por la libertad.
“La prueba y la libertad tienen estrechísima relación, de tal manera que rendirse ante la prueba es caer en la esclavitud; crecer, agigantarse, erguirse serenamente ante ella, pasar sobre ella llevando el estandarte de la victoria, es ser libre de hecho, libre de verdad y no de nombre solamente” decía Anacleto González Flores. Despertemos, pues para superar la prueba que culminará en las elecciones y hagamos lo posible por despertar a muchos para lograrlo.
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