Muchos de los llamados héroes deberían ser muy cuestionados, y muchos de los llamados traidores reivindicados, la masonería detrás del poder en México ha tenido mucho que ver es este planteamiento.
La llegada de los europeos a América era inevitable, porque sin desconocer que también en América había pueblos con culturas interesantes, no era ese mito ideológico político que nos han inculcado de un paraíso.
Las conquistas de la historia de todos los pueblos y de todas las épocas han tenido lugar con violencia, Grecia, Roma y todas las naciones poderosas se han expandido así, y lo mismo fue aquí, en lo que es hoy Estados Unidos los ingleses borraron a los habitantes locales, España sin que tampoco se diga que fue perfecta su actuación construyó una nueva civilización, la gran muerte de la población local mucho más que por la guerra murió por la viruela.
Por España tenemos lo más importante de nuestra esencia, recibimos la luz del Evangelio que es muy superior a las religiones sangrientas y un tanto fatalistas y melancólicas de los pueblos originarios, una lengua maravillosa que compartimos, unas ciudades coloniales que presumimos, incluyendo varias que son ya patrimonio de la humanidad, y sobre todo salvo que pertenezcamos a algún pueblo 100 % indígena, no existiríamos ninguno de nosotros sin esta llegada, así que a este encuentro le debemos nuestra propia existencia, por lo que renegar de este encuentro es renegar de nuestra vida misma.
Por eso es absurdo que alguien que hable español y tenga apellidos españoles se atreva a pedir que la Iglesia y la Corona Española se disculpen, y no lo digo sólo por el presidente, sino porque como hemos sido educados en ese mito de la conquista de un México que no existía a la llegada de los españoles muchos nos hemos creído también esos conceptos.
Debemos ver al futuro con el orgullo de nuestro pasado de culturas locales y herencia española, mientras estemos anclados en rencores absurdos y buscando disculpas para nuestros fracasos presentes seguiremos en la ruta de más fracasos para el futuro.
Es muy lamentable que en general nuestra historia se enseñe en la educación oficial que también se aplica en las escuelas particulares como si fuera una continuidad ideológica perfecta en donde hay ya estereotipos del bien y del mal, encajonados los buenos y patriotas en lo que se ha dado en clasificar como liberales y revolucionarios, y los malos en conservadores y reaccionarios en donde también se incluye a la Iglesia Católica sin un análisis serio y de acuerdo a su tiempo y circunstancias.
Por increíble que parezca en lugar de avanzar en este sentido estamos retrocediendo a la época más radical de estas enseñanzas con el actual gobierno que desde luego se siente el heredero de los “buenos de la historia oficial”.
Los protagonistas de nuestra historia son personajes de carne y hueso que deberíamos conocer con sus virtudes y debilidades, pero sobre todo por sus valores y sus principios, que se reflejan en sus acciones, y ver el trasfondo de ellas.
Muchos de los llamados héroes deberían ser muy cuestionados, y muchos de los llamados traidores reivindicados, la masonería detrás del poder en México ha tenido mucho que ver es este planteamiento, y la mayoría de los héroes son los que han pertenecido a la misma o al menos han favorecido sus intereses, muchas veces contrarios a los verdaderos intereses de México, y el resultado es el que estamos viviendo con un país con millones de pobres y un futuro incierto.
Es un enorme tema y reto conocer la verdad histórica dentro de lo posible, ni siquiera los gobiernos panistas se atrevieron a lidiar con él, pero hoy en día hay muchos historiadores serios que lo están haciendo y los ciudadanos tenemos el deber de conocer con la mayor certeza posible nuestro pasado, no para culparlo de nuestro presente, sino para combatir los errores cometidos, tomar aliento sobre todos los aspectos positivos que también hay muchos y proyectarnos al futuro no bajo el concepto de haber surgido de la derrota de una conquista, sino de la fusión de grandes naciones y de los enormes valores cristianos que han impulsado al mundo occidental y han creado una gran cultura que desde luego requiere aún de mucho esfuerzo para llevarla a su plenitud.
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