El tiempo se pasa volando y ya se realizó el segundo debate donde podemos decir que Xóchitl reactivó el entusiasmo de sus seguidores, pues para algunos su actuación en el primer debate no había sido la mejor posible. Mientras que Claudia mantuvo su posición siempre regida por la dirección ya fijada desde la presidencia de seguir defendiendo los logros de la 4T y proponer que esa será la misma ruta que seguirá el país en caso de que ganara la presidencia.
Se siente en el ambiente una tensión electoral, el gobierno trata de imponer la idea de que el pueblo está decidido a apoyar la continuidad, sin embargo cada vez son más los ciudadanos que evalúan los datos reales sobre las acciones del presente gobierno no solamente en números como el de la seguridad que es totalmente adverso a lo que el gobierno argumenta, sino en torno a la dirección de concentrar el poder mediante el cambio o la introducción de nuevas leyes en el ejecutivo, la eliminación de muchas instituciones que se fueron creando con el avance de la democracia, los ataques a la independencia del Poder Judicial, la militarización del país con un ejército que ahora cumple muchas funciones que deberían estar en responsabilidad de los ciudadanos y la manera como se ejerce el poder desde la famosa mañanera en donde en automático se descalifica y en ocasiones hasta se persigue a los que manifiestan su desacuerdo con dicha política.
Se escuchan voces que dicen que Xóchitl no es la candidata perfecta, y es cierto porque ninguna persona lo es, pero lo que podemos decir a su favor independientemente de que también tiene muchas cualidades como persona y líder, es que ella representa una oportunidad para tener un gobierno más democrático y con mayores libertades que las propuestas de Morena y sus aliados.
La clave de la evaluación para seleccionar a una u otra candidata en esta ocasión debe de ir más allá de la evaluación de sus personalidades, debe ser más bien en que ambas representan un futuro totalmente distinta para el país, Claudia el de un gobierno autoritario con un congreso que para lo único que funciona es para seguir instrucciones del ejecutivo y que desde luego quiere que el gobierno ejerza cada vez más control sobre la economía, o un gobierno que fomente lo más posible la participación ciudadana en todos los niveles posibles, sin renunciar desde luego a la competencia regidora y a las responsabilidades propias del gobierno, que incluyen desde luego políticas sociales de protección a los más débiles, pero no a cambio de la sumisión total al estado.
Es tiempo de tomar decisiones que se reflejarán el día de la elección y desde luego no caer en el juego de ciertas encuestas, porque la elección no se gana en encuestas sino con la participación ciudadana en las urnas.
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