La fortaleza moral y la pandemia

AMLO se ha convertido, en la mente del Dr. López-Gatell, en un ser angelical, un semidiós, inmune a la enfermedad, elevado sobre todo malestar o dolencia terrenal.


Lopez Gatell


Hace algunos días, el subsecretario de Salud, el Dr. Hugo López-Gatell, para dar respuesta a una pregunta de un reportero acerca de las precauciones personales que el presidente López Obrador debería tomar ante la amenaza del coronavirus, hizo la siguiente afirmación: “La fuerza del presidente es moral. No es una fuerza de contagio”.

La afirmación del Dr. López-Gatell, sin duda, resulta no solamente críptica por la forma como fue enunciada, sino alarmantemente subjetiva, y encierra además varios elementos que deberían preocuparnos. En primer lugar, lo que parece querer decir el señor subsecretario es que haga López Obrador lo que haga, ninguna de sus acciones populistas, entre las cuales destacan los abrazos y los besos, podrá causar daño a la ciudadanía. Es, por tanto –según eso–, imposible físicamente que el Jefe del ejecutivo federal pueda transmitir un virus asesino a la población o que alguien se lo contagie. AMLO se ha convertido, en la mente del Dr. López-Gatell, en un ser angelical, un semidiós, inmune a la enfermedad, elevado sobre todo malestar o dolencia terrenal, y consecuentemente incapaz de convertirse en fuente o víctima de contagio.

Lo dicho por López-Gatell, es imposible no verlo, es una aberración monumental (para decir lo menos). Porque la ciencia dice que es imposible que sea como él afirma. Porque si una persona –aunque sea el jefe de Estado de una nación– contagiada del coronavirus entra en contacto con otra u otras con el grado de proximidad que lo hace el presidente las posibilidades de que haya contagio son altísimas. Ahí está Italia de ejemplo. En ese país el contagio causado por tomar a la ligera esa realidad lleva ya 2,500 cadáveres en su cuenta. Un jefe de Estado simplemente no debería darse ese lujo presumiendo de inmunidad y de estar protegido milagrosamente de contagiar a otros. López Obrador está muy lejos de ser Superman o cualquier otro de los personajes fantásticos de los cómics, y muchísimo más lejos aún de tener naturaleza angelical o divina. La extrema irresponsabilidad de López Obrador debería ser causa suficiente para someterlo a juicio político. Es algo que sobrepasa la ficción el que un médico, y sobre todo un médico que ocupa un puesto tan alto en el área de cuidado de la salud de los mexicanos, se haya atrevido a hacer una declaración como esa. Es evidente que los funcionarios de la 4T tienen serios problemas de coordinación racional. Y si no es así, lo único que demuestran con ese tipo de declaraciones es que el grado de servil adoración que reservan para el presidente ha alcanzado niveles peligrosísimos.

Por otra parte, ¿realmente posee AMLO una fuerza moral del grado que parece atribuirle el Dr. López-Gatell? ¿O se trata simplemente de un individuo con alta popularidad? ¿Basta tener arrastre popular para tener fuerza moral? “Fuerza moral” dice relación a la moralidad. La moralidad dice relación a lo moral, a saber distinguir el bien del mal. Fuerza moral es la capacidad de liderazgo de un individuo fundamentada en su estatura/autoridad moral; en su capacidad para distinguir el bien y el mal, y en el alto grado de su virtud, de su hábito de hacer siempre el bien. ¿Tiene AMLO esas características? Lamentablemente no es así. Si así fuera no hubiera escogido el camino de la violencia tonta para hacerse popular; evitaría la mentira; se abstendría de vilipendiar a sus opositores; hubiera luchado por unir al país; se hubiera rodeado de colaboradores honestos y con un claro sentido social; no violaría la ley; estudiaría y acogería los consejos de los expertos para mejorar su destreza gubernatorial, etc., etc., etc. López Obrador no ha hecho nada de eso. Ha hecho, por el contrario, todo lo que demuestra que no sabe distinguir el bien del mal y que no practica ninguna virtud (por lo menos ninguna de las que son necesarias en el gobierno). ¿De dónde sacó el subsecretario de Salud que el presidente tiene fuerza moral?

Más bien parece que AMLO es ya un claro ejemplo de derrota moral. La kriptonita de la soberbia lo está acabando.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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