MORENA sigue las huellas de sus progenitores: PRI y PRD. Ahora propone una ley que castigue con cárcel al padre de familia que busque una cura para su hijo/a homosexual. ¿Qué te parece?
¿Estás preocupado por la salud de tu hijo y lo quieres llevar al especialista? ¡Aguas! Puedes acabar en la cárcel.
Hace algunos meses, en este mismo espacio, reflexionábamos sobre el intento de algunos legisladores mexicanos, inspirados por sus contrapartes extranjeros, de convertir en un crimen punible con cárcel el hecho de que los padres acudan al médico especialista para que atienda a sus hijos enfermos. Decíamos que ese intento legislativo rayaba en lo novelesco. ¿Verdad que parece increíble? Parece algo sacado de El archipiélago Gulag, de Aleksandr Solzhenitsyn. ¿Cómo justificar, o simplemente entender, que el Estado quiera castigar a un padre de familia por llevar a su hijo a un médico para que le cure? ¿Qué lógica guía tales despropósitos?
Lamentablemente, hoy debemos reflexionar de nueva cuenta sobre el mismo problema. Una senadora, Minerva Citlalli Hernández Mora, de la bancada de MORENA, acaba de presentar una iniciativa de ley que, de aprobarse, convertirá en un criminal a todo aquel padre de familia que lleve a su hijo(a) a tratamiento psicológico para buscar una cura para sus preferencias homosexuales. A los ojos de esa legisladora, los padres que, convencidos de que la tendencia a la homosexualidad es un problema de salud –que evidentemente no desean para sus hijos– y buscan para ella una cura adecuada, se convierten, por eso, mismo en violadores de los derechos de sus hijos. Pide la senadora la cárcel para tales padres.
Como decíamos renglones arriba, ya algunas naciones extranjeras han emitido leyes en ese sentido, y de seguro que sus cárceles están ya albergando en este momento a algunos padres de familia por el crimen de amar a sus hijos y buscar para ellos lo mejor. En realidad, la flamante parlamentaria morenista no hace más que copiar las insensateces –¿de qué otro modo se puede calificar esta flagrante violación de los derechos naturales de los padres?– que otros están cometiendo. Claro, nuestra senadora no va sola en esta aventura. Ella es simplemente la más reciente mouthpiece de esa gente, más poderosa que ella, que busca debilitar la sociedad para lograr sus fines particulares. Tras de ella hay grupos, ya conocidos en México, de personas interesadas desde hace años en convertir a nuestro país en un bastión de la así llamada libertad sexual, de la homosexualidad, de la ideología de género, del transgenderismo y de otras cosas parecidas. Es natural, por otra parte, que quien se empeña en llevar al éxito tales proyectos deba empezar por debilitar los posibles puntos de resistencia. Y, el punto de resistencia más fuerte para tales proyectos, evidentemente, es la familia. Arrebatar a los hijos del cuidado paterno y materno es la técnica que más han utilizado quienes trabajan para acabar con toda oposición. Meter miedo a padres y madres de mostrar amor y cuidado por sus hijos es una forma efectiva de lograrlo. Empoderar a los hijos para que burlen y desdeñen la autoridad paterna y evadan la posibilidad de una guía moral, es otra medida muy eficaz. Permitir, como lo indican las nuevas normas mexicanas de salud, que chamaquitas adolescentes, de apenas doce años de edad, puedan obtener acceso al aborto sin que sus progenitores, responsables por designio de la naturaleza de la educación y salud de sus hijos, tengan siquiera que ser informados de ello, no sólo es una afrenta a la lógica, al sentido común y al derecho natural de los padres, sino a los fundamentos básicos de la moralidad… y un paso más en la destrucción del entramado social.
Sería cosa de reírse si no fuera algo tan trágico: no se les puede expedir a los chicos licencia de manejo, ni credencial para votar, hasta que tengan dieciocho años, pero sí se les permite matar a sus hijos –sin siquiera hablarlo antes con sus padres– desde que entran a la secundaria. Se obliga a los padres a vacunar a los hijos para prevenir que contraigan algunas enfermedades peligrosas; pero se les castiga si buscan al médico para que cure otras, igual de peligrosas.
¿Será esta clase de lógica la que guíe todas las acciones de los legisladores de MORENA de aquí en adelante? ¿Tendrá la ciudadanía que echarse a las calles para protestar y defender sus derechos más básicos ante las tropelías perpetradas por los mismos legisladores a los que hace unos meses esa misma ciudadanía eligió entusiasmada para que la protegieran de los abusos de los anteriores gobernantes?
¿Ironías de la vida? ¿U otro caso de “se los dijimos”?
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