El matrimonio es el mayor compromiso de amor, donde los sentimientos son muy importantes, pero más lo es la decisión de construir un proyecto de vida en común.
El matrimonio es el mayor compromiso de amor, donde los sentimientos son muy importantes, pero más lo es la decisión de construir un proyecto de vida en común. El amor se trabaja, hay que buscar prevenir y resolver los problemas propios de la convivencia diaria para que se puedan sentir apoyados mutuamente y lograr así incrementar día a día el cariño.
Sabemos que en la estabilidad del matrimonio nos jugamos mucho más que la propia felicidad: se trata del bienestar propio y de nuestra familia. Cuando los hijos ven felices a los padres, ellos mismos experimentan seguridad y felicidad también.
El estrés de la situación actual puede encrespar o agrandar situaciones conflictivas. El cansancio baja el nivel de tolerancia. Las noticias desalentadoras que escuchamos, aunado situaciones desafortunadas que pueden ocurrir a familiares o amigos cercanos, afectan el estado de ánimo, pudiendo provocar descuido en la propia persona y olvido de las necesidades del cónyuge.
Ya de por sí hombres y mujeres nos comunicamos de manera diferente y enfrentamos la preocupación también de forma distinta, donde tal vez los hombres estén más callados o “metidos” en videojuegos o series y las mujeres pueden tener mayor necesidad de ser escuchadas y comprendidas con variaciones en estados de ánimo que ni ellas mismas entienden. En estos momentos la comprensión tiene que ser mayor y ayuda mucho tener la disposición de acompañar para suavizar la situación del otro.
No olvidemos que para muchas mujeres el trabajo se ha incrementado al atender los quehaceres de la casa, el estudio de los hijos y el propio trabajo. Amar es aligerar el trabajo y que todos los miembros de la familia cooperemos en el cuidado de la casa y las tareas para beneficio de todos. Más que “ayudar”, se trata de asumir la propia responsabilidad al ser miembro de una familia.
Es primordial que el matrimonio procure tiempo off line para hablar y observar el lenguaje no verbal. Para decir lo que desagrada, pero iniciando con una frase que reconozca algo positivo del otro; escuchar sin interrumpir para justificarse y dejar que el otro exprese cómo se siente. Es importante cuidar el tono en que se dicen las cosas y evitar insultar o gritar. También es necesario pedir perdón e intentar corregir y compensar cuando las cosas se salgan de control.
Es recomendable planificar tiempo de calidad sólo para disfrutar del cónyuge realizando alguna actividad relajante en la propia casa, procurando disfrutar de las cosas sencillas poniendo un toque de creatividad y buen humor.
Que el hogar se vuelva un refugio para la familia y no un lugar de violencia o bien, soledad compartida, depende en gran parte del matrimonio. Es increíble como aún estando juntos en un mismo espacio, se puede estar aislados o desconectados con los más cercanos.
En este mes del Amor, te proponemos dedicar un día especial a consentir a cada miembro de la familia, con creatividad y una actitud de simplicidad y optimismo. Pero sobre todo, te invitamos a recordar que el amor no sólo se “siente” sino que es una decisión que se debe también trabajar.
No descuidemos los detalles que expresan cariño, no solo el 14 de Febrero, sino todos los días.
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