Los intangibles emocionales están entrelazados con la actitud y cómo se manifiesta esta en los diferentes ambientes en los que la persona se desenvuelve.
Conviene especificar qué son los Capitales Intangibles. El estudio de los capitales intangibles surgió como un concepto aplicable al nuevo giro de la economía, la llamada Nueva Economía del Conocimiento (NEC). De manera muy amplia, se puede afirmar que el enfoque de la NEC se avoca más a la persona y lo que ésta puede aportar de positivo en una organización o grupo humano. Es decir, cómo la persona con sus diferentes características aporta valor a los objetivos que persigue un grupo humano determinado. Al hablar de características de la persona, se hace alusión al conocimiento que posee, a lo que sabe hacer, a cómo se relaciona, a sus actitudes, etc. Es el estudio de tales características lo que ha dado lugar a lo que se conoce como diferentes tipos de capitales. Se les considera Capitales en el sentido de que son fortalezas, son activos importantes que contribuyen a la creación de valor.
Nonaka incluye, dentro de este tipo de capitales, al conocimiento tácito; señala que tal tipo de conocimiento incluye también los modelos mentales y creencias que determinan el comportamiento de las personas. Martínez-Aldanondo, señala “los estados de ánimo son intangibles (…) y las decisiones más importantes las tomamos a partir de intangibles como las emociones”. Parafraseando a este gestor de conocimiento, es correcto afirmar que son intangibles los elementos con base en los cuales elegimos a la pareja, la decisión de formar una familia, las decisiones sobre cómo gestionar la propia familia, etc. Inclusive, señala a la fe como el intangible por antonomasia. La fe es componente importante del intangible conocido como capital espiritual.
Los intangibles emocionales (participantes importantes en la autogestión y en la toma de decisiones) están entrelazados con la actitud y cómo se manifiesta ésta en los diferentes ambientes en los que la persona se desenvuelve. Los capitales intangibles que una persona posee, los lleva siempre consigo y los manifiesta en diferentes grados y combinaciones dependiendo de la situación específica que experimenta. Por ejemplo, si dentro de la familia se fomenta el luchar por lo bueno, el volver a empezar cuando se ha fallado, la constancia, la resiliencia, se estará fomentando un capital psicológico sano.
La afable relación entre los miembros de la misma familia, tanto nuclear como extendida, es parte esencial del capital social que le permitirá a la persona convivir con otros productivamente; incrementando o fomentando, como consecuencia, su capital relacional con otras instituciones fuera de su ámbito cercano o inmediato. Si en la familia los padres transmiten la importancia de ser constante en la escuela, obtener buenas calificaciones, etc., no sólo se impacta positiva e inmediatamente al capital cognitivo de los hijos, a futuro se estará impactando su capital humano, lo que les permitirá tener acceso a mejores trabajos y un bienestar material de mejor calidad. Ello se entrelaza con un capital estructural fuerte que le será de beneficio a lo largo de la vida
Los capitales intangibles interesan porque los posee la persona integrante de una familia, familia que es conformadora de una sociedad en específico y de la sociedad en su conjunto. Una adecuada gestión de los capitales intangibles que la familia posee, hace probable el bienestar, el sano desarrollo, la vida armoniosa, no sólo dentro de una familia, también dentro de un grupo social, del grupo de trabajo, etc.
El fomento de capitales intangibles en la familia debe apuntar a un impacto social y cultural positivo a favor de la persona, la familia y su entorno cultural, político y económico. El INFAMILIA ha identificado y definido detalladamente nueve tipos de capitales intangibles que, de fomentarse, seguramente fortalecerán a la familia. Estos son: Capital Salud, Capital Cognitivo, Capital Espiritual, Capital Psicológico, Capital Estratégico, Capital Estructural, Capital Social, Capital Relacional y Capital Humano. De ahí nuestro propósito 2021: seguir trabajando por fortalecer a las familias, para fortalecer, enriquecer y prosperar a nuestra sociedad.
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