Hoy inicio una nueva serie de vídeos, bajo el nombre Mato Mito. En ella vamos a analizar brevemente un mito del debate público y veremos si amerita mantenerse vivo o si por el contrario tenemos que dejarlo en paz.
Y esta semana comienzo con un auténtico clásico, una frase que escuchamos prácticamente en todos los discursos políticos, en especial de la izquierda. Es la idea de que “cada vez hay más pobres y los pobres son cada vez más pobres”.
Es un lamento que le saca lágrimas de los ojos a los políticos y que teóricamente nos debe indignar a todos. Sin embargo ¿será verdad?
La respuesta, para decirlo muy claro es que no. En primer lugar, no hay más pobres que antes; y en segundo, Los pobres no son más pobres hoy de lo que eran hace 50 o 100 años.
De hecho, ha sucedido todo lo contrario.
Hace 200 años, más del 80% de la población mundial vivía en pobreza extrema, es decir, que se moría de hambre o que por lo menos tenía problemas generalizados para conseguir comida, ya no digamos ropa, salud o entretenimiento.
Hoy en día, el porcentaje de población que vive en pobreza extrema es aproximadamente un 20%. Por supuesto, sigue siendo trágico, pero es tan sólo una cuarta parte de lo que existía hace dos siglos.
Incluso en términos numéricos la cantidad de pobres ha tendido a la baja en todo el mundo (a pesar del enorme incremento en la cifra de población total) desde principios de los ochentas. La reducción más drástica se ha dado en el este de Asia y el pacífico, donde la pobreza extrema se ha reducido en más de un 80% durante los últimos 40 años.
Y todo ello ha sido posible reduciendo también los horarios laborales. El promedio de horas trabajadas por empleado se ha reducido en más de una hora diaria desde 1950.
Esta mejoría radical en la calidad de vida de miles de millones de personas, muchas de las cuales en siglos anteriores habrían muerto antes de cumplir siquiera los cinco años de edad, se debe a que tenemos un sistema que permite (desgraciadamente todavía con restricciones) el libre intercambio comercial y de talentos. Los seres humanos podemos sumar voluntariamente nuestros esfuerzos y crear más y mejores productos.
Cosas que hace unos cuantos años eran privilegio de los multimillonarios, hoy están al alcance de todos. De hecho, en aspectos como la sanidad, la alimentación, los servicios de salud y el entretenimiento, la clase media de la actualidad vive mucho mejor de lo que lo hacían los reyes en la época del renacimiento.
Y ¿cómo sabemos que la libertad económica es la clave de esta transformación? Porque entre más libertad económica hay una mejor calidad de vida.
De acuerdo con cifras del 2013, las personas más pobres en los países con mayor libertad económica ganan al año casi seis veces más que sus contrapartes en los países menos libres. En pocas palabras, la libertad funciona.
Así que, la siguiente vez que alguien le diga que los pobres son más pobres y que cada vez hay más pobres, ya sabe que sólo se trata de un mito.
Es cierto, todavía hay mucho camino por avanzar, pero la senda apropiada es la de aumentar la libertad económica y la capacidad de interactuar voluntariamente, eso lo que también se le llama capitalismo de libre mercado.
Por el contrario, el socialismo produce miseria donde sienta sus reales, incluso en países como Venezuela, que están, literalmente, nadando en petróleo.
Y sí, ya sé que me dirán algunos que México es capitalista y es pobre, pero ese es otro mito que veremos en un par de semanas. Por lo pronto, el mito de que cada vez hay más pobres y que esos pobres están en peores condiciones es una mentira que debemos poner a descansar en paz.
Por cierto…
Los datos aquí presentados provienen de instituciones como el Banco Mundial, y fueron compilados originalmente por Vanessa Vallejo y publicados en Pan-Am Post, concretamente en su artículo titulado: “Todas las predicciones de Marx Fallaron”. Te invito a seguirla en twitter: @vanesavallejo3
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