Hoy en día, ser empresario es una profesión de alto riesgo, ya que se nos ve como delincuentes y que todo el tiempo estamos pensando cómo transar y cómo evadir impuestos.
Después del gran “apagón” económico que ha significado la pandemia se ven ya signos importantes de recuperación.
Después del gran “apagón” económico que ha significado la pandemia, que aún no está totalmente superada, se ven y se sienten ya signos importantes de recuperación, con un crecimiento del 19.5% para el segundo trimestre de este año 2021 y un poco más de 821 mil empleos generados.
Hay signos de recuperación efectivamente, pero insuficientes para retomar los niveles prepandemia. El dato del empleo es bueno; sin embargo, para lograr incorporar a los jóvenes que ingresan a la población económicamente activa (PEA) necesitamos estar generando al menos 100 mil nuevos puestos de trabajo al mes, esto es, para el segundo trimestre debimos haber generado 900 mil empleos y el déficit se sigue acumulando, afectando sobre todo a las mujeres ya que por cada 100 hombres registrados en un puesto de trabajo hay sólo 63 mujeres.
Todos sabemos, a pesar de lo que nos repiten diariamente, que no contamos con un gobierno centrado en el bienestar de todas las personas, ni tampoco que esté buscando el bien común, el impulso a la modernidad y al desarrollo empresarial del país que genera riqueza y empleo; al contrario, muchas veces pareciera que ser empresario hoy es una profesión de alto riesgo, ya que se nos ve como delincuentes y que todo el tiempo estamos pensando cómo transar y cómo evadir impuestos. Nada tan lejano de esa realidad.
Estoy convencido de lo que dicen las neurociencias, pensar en cosas buenas y que en esa medida las “atraeremos” al estar abiertos a visualizarlas. En este sentido, estoy claro que los empresarios en México debemos asumir una responsabilidad como nunca en la historia, actuar hoy para que tengamos un futuro prometedor. Debemos usar todas nuestras capacidades para construir el México para nuestros hijos y las generaciones venideras.
Todo empresario es emprendedor, tomamos decisiones arriesgadas pero calculadas, buscamos los resultados sin dejar de pensar en el bienestar de nuestros clientes a quienes nos debemos y que son personas en lo concreto, directa o indirectamente. Los buenos empresarios también sabemos que sin las personas que trabajan con nosotros -nuestros colaboradores-, no podríamos lograr los objetivos y las metas que nos proponemos. Al mismo tiempo, sabemos que las personas que trabajan con nosotros son también ciudadanos que tienen familia, que tienen un hogar, que necesitan transportarse, que necesitan servicios, espacios, educación, salud, etc.
Como empresarios también sabemos que mientras más y mejores condiciones haya para las personas también habrá más oportunidades de desarrollo empresarial y que este, a su vez, generará más oportunidades de empleo. Conocemos a través de los estudios de mercado las necesidades, aspiraciones de cada persona a la que impactamos.
Por eso desde Coparmex hacemos un llamado a todos los emprendedores y empresarios: debemos asumir nuestra responsabilidad por la sociedad y también tomar en nuestras manos el futuro de México. #OpiniónCoparmex
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