Ningún Partido tiene la llave de la verdad ni el monopolio de las soluciones a los grandes retos que enfrenta México.
A estas alturas de la elección, terminada la campaña y en la víspera de la jornada electoral, en los cuartos de guerra de los aspirantes a la presidencia de la República, deben saber con bastante precisión cuáles son sus alcances y perspectivas en el voto ciudadano.
Sin duda el candidato Jose Antonio Meade, conoce que no le alcanzará para ir más allá de un tercer lugar en la elección y que la movilización de la maquinaria del PRI, que “sabe cómo llenar de votos las urnas”, René Juárez dixit, ahí están los detenidos de esta semana con 20 millones de pesos en efectivo que se dirigían, -según sus declaraciones-, a las oficinas del PRI nacional para su entrega para aceitar la maquinaria, no alcanzará contra la indignación social por la corrupción, la violencia desbordada y el malestar ciudadano.
Anaya sabe que resulta difícil para su causa alcanzar a López Obrador, sin embargo apuesta al voto útil, a la participación del sector conservador y pro vida y familia que puede respaldarlo con su voto y que no quiere ver ganar al Peje, al 40 % que rechaza participar en las encuestas y a un número aún alto de indecisos que se manifiesta entre el 16 y el 20%, a su ventaja en las redes sociales ya que de acuerdo al análisis de expertos de la Univerdidad de Indiana, tiene ahí un respaldo mayoritario de personas reales, en tanto que Lopez Obrador maneja el mayor número de robots, bots, para incidir en los espacios cibernéticos.
Andrés Manuel, espera que se confirme su triunfo electoral, anunciado en las encuestas tan cuestionadas, sin grandes contratiempos en la campaña electoral, debido a que los ataques del PRI y su gobierno se centraron en la persona de Anaya para buscar descarrilarlo del segundo lugar en la contienda en lo que han fracasado, pero provocando que el Peje se mantenga en la punta en las expectativas electorales.
No obstante lo anterior, más allá de la realidad que se conoce en los cuartos de guerra de los aspirantes presidenciales, la verdad final se escribirá de mano de los Mexicanos, en uso de su libertad en la jornada electoral.
Se decidirán también nueve gobernaturas, Jalisco, Veracruz, Puebla, Morelos, Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Yucatán y CDMX en las que no se ve a la vista ningún triunfo del PRI, lo que marcará el tamaño de su estrepitosa derrota, repartiéndose esos Estados entre la fuerza que encabeza Anaya y el Partido de Lopez Obrador.
Deja una herida abierta y zozobra social el asesinato de más de un centenar de candidatos y autoridades o funcionarios públicos de diversos niveles desde que se inició el proceso electoral, ante una sociedad que está pasando del azoro a la indiferencia.
El sistema electoral estará a prueba en estas elecciones, las más enconadas de la historia moderna de México, en medio de las contradicciones entre el INE y el TRIFE que han dado mucho de qué hablar durante el proceso electoral y con la incertidumbre que gravita sobre el fin de la jornada, cuando apenas por la noche si todo va bien, se conocerán los resultados de las encuestas de salida, pero no habrá sino hasta el día siguiente datos oficiales del PREP, – un instrumento que había proporcionado confianza y certeza en anteriores procesos electorales-, pero que para esta elección iniciará se calcula hasta las 23.00 horas y avanzara durante la noche y madrugada.
El Frente Nacional por la Familia en un esfuerzo de plantear su agenda en favor de la vida, la familia y el fortalecimiento de nuestras libertades, logró la firma de 246 candidatos a distintos cargos federales y locales, para Gobernadores, legisladores y alcaldes en esta elección, en favor de los compromisos por la dignidad de la persona, la vida, la familia y las libertades.
De estos candidatos, 55% pertenecen al Frente de Anaya, 23% al de Meade, 13% están con López Obrador y 9% son independientes.
Sea quien sea el ganador de la Presidencia de la República, nuestra nación amanecerá el 2 de julio con los graves problemas que vivimos de inseguridad, corrupción, violencia, narcotrafico, falta de Estado Derecho, quebranto del sistema de salud pública y seguridad social, pobreza, inequidad etc. para cuya solución es insuficiente la voluntad del Presidente, y ningún Partido tiene la llave de la verdad ni el monopolio de las soluciones a los grandes retos que enfrenta México.
Resulta indispensable la participación ciudadana, a fin de recobrar el ánimo social, recuperar la esperanza y avanzar en la senda de la reconciliación y la paz, partiendo del respeto a la vida, los derechos humanos y la justicia, a partir del corazón de cada mexicano y de la fortaleza de cada familia, en la gran diversidad y pluralidad que es parte de la riqueza de México, no hay otro camino, no lo hay más corto, no lo hay mejor.
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